María Montessori explicaba que los niños pequeños (de 0 a 3 años) tienen un amor característico por el orden y aseguraba que el orden externo les proporciona seguridad interna.
Por esta razón, es necesario que los adultos les proporcionen una rutina, ya que es un factor fundamental que les brinda seguridad y les da la oportunidad de explorar el mundo que los rodea.
También es de vital importancia que el niño conozca y recuerde el lugar exacto de cada objeto, lo cual le permitirá orientarse en el ambiente y sentirse tranquilo y feliz.
Desde la infancia, todas las personas experimentamos estos períodos sensibles. Sin embargo, a medida que crecemos, vamos perdiendo esta sensibilidad innata debido a experiencias desagradables y a la forma en que fuimos criados.
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El orden externo brinda al niño un orden mental interno y es donde adquiere las bases esenciales para el desarrollo de su inteligencia.
¿Cuántas veces hemos visto a un niño llorar desesperadamente sin razón aparente? ¿Cuántas veces hemos observado a niños pequeños llorar sin poder consolarlos?
En el alma del niño habitan profundos secretos, aún desconocidos para el adulto que está a su lado.
A continuación, algunos ejemplos:
1. Recuerdo un episodio que tuve con mi hijo cuando tenía 2 años. Estábamos en la peluquería y no quiso sentarse en la silla. Así que decidí que se sentara en mis piernas para que se sintiera más seguro. La peluquera me puso una capa azul y de inmediato Leonardo se desbordó emocionalmente: lloró y lloró sin parar.
Le expliqué por qué me habían puesto la capa y se calmó inmediatamente. La capa azul generó desorden en la mente de Leo porque nunca me había visto con una capa azul.
2. Un día, una señora visitó una casa y puso su sombrilla sobre la mesa. La niña de la casa se puso nerviosa y comenzó a llorar. Parecía que quería jugar con la sombrilla, así que se la acercaron, pero la niña la rechazó. Luego, pusieron la sombrilla de nuevo en la mesa, pero la niña se puso aún más inquieta.
Fue cuando la mamá de la niña separó la sombrilla de la mesa y la sacó de la habitación que la niña se calmó de inmediato. La razón por la que se alteró tanto era que la sombrilla, al estar en la mesa, no estaba en el lugar donde ella esperaba que estuviera. Esto causó un desorden visual que perturbó el orden habitual de los objetos según lo recordaba la niña.
Así de sensibles son los niños al orden durante los períodos sensitivos, y esto se vuelve aún más notable entre los 1 y 3 años de edad.
Beneficios que ofrece el orden como período sensible en los niños:
Sentido de estructura y seguridad: El orden proporciona a los niños un ambiente predecible y estructurado. Les brinda seguridad emocional al saber qué esperar y cómo funcionan las cosas en su entorno.
Desarrollo cognitivo: El orden en el entorno ayuda a los niños a desarrollar habilidades cognitivas, como la organización, la clasificación y la secuenciación. Les permite comprender la relación entre los objetos y su entorno, y desarrollar habilidades de pensamiento lógico.
Autonomía y responsabilidad: Los niños ordenados tienen la oportunidad de aprender a cuidar de sí mismos y de su entorno. A través de la participación en tareas de organización, como guardar juguetes o mantener su espacio limpio, adquieren responsabilidad y autonomía.
Concentración y atención: Un entorno ordenado elimina distracciones y facilita la concentración. Los niños pueden enfocarse mejor en sus actividades y desarrollar habilidades de atención sostenida.
Mejora del aprendizaje: Los niños ordenados aprenden con el entorno, porque es así como acceden fácilmente a los materiales y recursos necesarios para su trabajo. Esto fomenta la independencia y la exploración, contribuyendo a un aprendizaje más efectivo.
Calma y bienestar emocional: El orden visual y físico en el entorno promueve un sentido de calma y bienestar emocional en los niños. Les permite sentirse más tranquilos y en armonía con su entorno, lo que contribuye a un estado emocional positivo.