7 consejos Montessori para que un niño sea ordenado
1.Explícale la importancia del orden
Para que tu hijo sea ordenado primero deberá conocer el valor de mantener los objetos en su sitio. Así que el orden ayuda a:
⇒ Proteger y conservar sus juguetes.
⇒ Evitar accidentes y reducir los peligros, de comida en el piso, juguetes tirados y demás.
⇒ Tener limpieza, evitar que se ensucien los objetos, que las arañas y otros insectos vivan en el desorden.
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⇒ Convivir en armonía con los demás y evitar disgustos, regaños o confrontaciones.
⇒ Cuidar los objetos y pertenencias de los demás.
2. Sé su reflejo
Si tu casa o tu habitación está desordenada, no esperes a que tu hijo sí tenga orden en lo que le pertenece. Así que sé su ejemplo, y ten ordenada tu ropa, escritorio, cocina y todo aquello que está en tu casa.
3. Indícale los lugares específicos
Es importante que te dediques un día (y se los recuerdes en otros momentos) a explicarle qué objetos van en cada lugar. Cómo se doblan, por ejemplo, los calcetines, dónde van las crayolas y por qué existe el cesto de la ropa sucia. ¡Dile que cada objeto tiene su lugar y es feliz allí!
4. Pongan orden juntos
Para que tu hijo sea ordenado, tienes que llevarlo de la mano las primeras veces a realizar cada acción: “aquí va la ropa sucia”, “en este lugar se pone la basura”, “así se meten en su caja los juguetes”, “estás haciendo un gran trabajo en levantar tus útiles del suelo”. Cuando ya vaya dominando el orden por sí mismo, déjalo solo.
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5. ¡A su medida!
Recuerda que tu hijo está creciendo y deberá alcanzar, sin ponerse en riesgo, los libreros, cajones y repisas donde irán ordenados sus juguetes y otros objetos. No le pongas a colocar los juguetes en un lugar muy alto o peligroso.
6. Ten una rutina
Recuerda que los niños que tienen una rutina son mejores para resolver, así que puedes implementar en casa: la hora del orden/ el momento para levantar / manos a la obra y aquello que no está en su lugar se tiene que colocar. Siempre lleva a cabo esa actividad a la misma hora. Así le enseñas a tus críos que aunque tú no estés, ellos tienen que ordenar en ese momento.
7. No seas complaciente
No se trata que un día tu hijo ordene y tres no. No seas complaciente y explícale que todos los días se tiene que ordenar, solo si tu hijo está enfermo o tiene cierta dificultad para lograr el orden, entonces no se lleva a cabo. Pero recuerda que debes ser consecuente con lo le pides.
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