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El suicidio en jóvenes: la llamada epidemia silenciosa

Hay una causa que perdemos de vista, el “suicidio” con cifras mas altas que las vidas que ha cobrado el Covid en los dos últimos años.

Las muertes por suicidio en personas menores de 50 años sumó una cifra mas alta en 2020 que las muertes por Covid y eso nos dice mucho. No es sorpresa que la afectación de la salud mental es una de las grandes secuelas de la pandemia a nivel mundial, lo cual se ha vuelto un tema de salud pública al que quizá no hemos puesto suficiente atención.

El suicidio es quitarse la vida. Es la muerte que ocurre cuando alguien de manera voluntaria quiere terminar con su vida. Un intento de suicidio es cuando alguien se daña a sí mismo para tratar de terminar con su vida, pero no lo logra.

Entre enero 2020 y marzo 2021, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se reportaron «medio millón de personas fallecidas por suicidio», principalmente en jóvenes de 25 a 34 años. Sin embargo, la tasa de suicidios más alta actualmente es en el grupo de jóvenes de 18 a 29 años, predominando en el sexo masculino, sin que signifique que personas menores a 18 años no cometan o intenten el suicidio. De acuerdo a datos del propio INEGI, hasta 2017, la tasa de suicidio era de 5.2 por cada 100 mil habitantes, la quinta causa de muerte en menores de 15 años y en los últimos 37 años ha aumentado en un 976%.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año ocurren cerca de un millón de suicidios, lo que representa a nivel mundial un 50% de las muertes violentas en hombres y un 71% en mujeres, siendo la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años de edad.

En varios países se ha observado un incremento en las tasas de suicidio en los 2 últimos años: México, España y Japón son tristemente un referente de ello. Las razones van desde: la soledad, el aislamiento, sentirse una carga, tener acceso a medios para suicidarse, y la violencia doméstica, especialmente contra mujeres y adolescentes en casa, sumados a los ya conocidos factores de depresión y ansiedad, en medio de los cuales dejar de vivir parece la solución inmediata mas aceptable.

Las tentativas cada vez son mas comunes entre las personas jóvenes sin respetar nivel de educación o estrato social; nadie está exento ni suficientemente preparado y se sabe poco sobre la prevención. Se le ha llamado la “otra pandemia silenciosa” por el incremento alarmante en suicidios consumados y tentativas entre jóvenes de lo cual no se habla ni se sabe lo suficiente.



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Organismos como la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP, por sus siglas en inglés) no han encontrado evidencia concreta de un aumento de las tasas de suicidio por factores directamente relacionados con la pandemia en México. Sin embargo; importa reconocer que el suicidio es una situación rodeada de tabú y muchos no se reportan por lo que difícil que las instituciones lleven un conteo exacto de los suicidios.

Desafortunadamente no es visible una situación en la que pueda darse un intento o cometer un suicidio, hay situaciones de salud mental que no se ven como esperamos o que no dan síntomas o simplemente quien las sufre no las comunica. Ya tenemos muchos referentes de personas “aparentemente felices y realizadas” y conocidas que han cometido suicidio y que sufrían de depresión crónica y que pocas personas sabían: Robin Williams, Kurt Cobain, Michael Hutchence, Ernest Heminway, Virginia Woolf.

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Observemos a nuestros hijos, sin alarmarnos de manera innecesaria cualquier cambio radical de conducta es importante: ira, depresión, aislamiento exagerado, ansiedad, insomnio, baja súbita de pesos o compulsión en alguna actividad. Seamos cercanos, consultemos especialistas, leamos los datos de alarma; de manera general la literatura disponible señala los siguientes factores de riesgo:

  • Eventos vitales estresantes, como muerte del cónyuge, o de una persona amada.
  • Dificultades económicas graves.
  • Bullying (en niños), acoso y violencia sexual (a cualquier edad).
  • Depresión, esquizofrenia, trastorno bipolar, estrés postraumático, TOC y otros problemas psicológicos que comportan desesperanza. Con o sin diagnóstico.
  • Estigmatización social de las alteraciones mentales, discriminación y aislamiento.
  • Ideación suicida y referencias a la posibilidad de suicidarse
  • Abuso y dependencia de alcohol, benzodiazepinas, heroína y otras sustancias depresoras del sistema nervioso central.
  • Historia personal o familiar de intentos de suicidio.
  • Acceso a armas de fuego, veneno u otros instrumentos mortales.
  • Traumatismos craneoencefálicos y otras lesiones cerebrales.
  • Enfermedades terminales.

Todos los seres humanos somos distintos, no siempre damos importancia a hablar de nuestras emociones ni a reconocer que la tristeza puede estar afectando lo que se hace o se piensa y puede estarse incrementando, y salirse de control para llegar al nivel de creer y sentir que no vale la pena vivir.

¿En dónde pedir ayuda si mi hijo está deprimido?

Buscar ayuda es un primer paso, estar atentos a las necesidades y cambios emocionales propios y de nuestros hijos. No son tiempos sencillos. NO significa que va a pasar pero tampoco que jamás va a suceder.

En caso de necesitar apoyo emocional u orientación, llama a la Línea de la Vida al 800 911 2000 o consulta el sitio web de coronavirus en https://coronavirus.gob.mx/salud-mental/

El Sistema Nacional de Apoyo, Consejo Psicológico e Intervención en Crisis por Teléfono (SAPTEL) Servicio es completamente gratuito al teléfono (55) 5259-8121.

La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) tiene una herramienta valiosísima: su línea telefónica de apoyo psicológico. Está pensada como un contacto de orientación para las personas que sufran depresión, problemas familiares o estén considerando el suicidio.  Servicio es gratis, en días hábiles: (55) 5804-644 y (55) 5804-4879.

Los Núcleos Urbanos de Bienestar Emocional (NUBE) forman parte de un programa gubernamental de la Ciudad de México. Están destinados a atender diversos enfoques psicológicos: desde problemas emocionales hasta diagnósticos como ansiedad, depresión, ideación suicida y adicciones para menores de 29 años.

https://www.injuve.cdmx.gob.mx/servicios/servicio/salud-emocional

El Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz también tiene activa una línea telefónica donde pueden atender casos de estrés, ansiedad, cualquier crisis emocional o situaciones de emergencia. También tienen un proyecto padre de difusión que se llama Mentalizarte. Teléfono (55) 5655-3080 y (800) 953-1704.

Un abrazo,

Karla mamá de cuatro

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