5 motivos por los que repetimos patrones en la crianza
1. Porque imitamos a nuestras figuras más importantes.
EJEMPLO: Consciente o inconscientemente consideras como ‘lo mejor’ todo aquello que viene de tus padres, y esto es lo que replicas aunque no necesariamente sea ‘lo mejor’.
2. Porque las dinámicas generan alianzas y sentido de pertenencia.
EJEMPLO: En esta familia los hombres son mejores que las mujeres, nuestra familia está en contra de la otra, aquí todos aguantamos las bromas, aquí todos somos delgados o deportistas o inteligentes, etc.
3. Cuando se ha vivido violencia te puedes identificar con el agresor.
EJEMPLO: Aprendo a “atacar” antes de ser atacado, justificándolo (si yo no hubiera dicho eso no me hubiera pegado, se pone de “pechito”).
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
4. Cada familia protege y perpetúa ciertas creencias:
EJEMPLO: Es normal que una persona pierda el control, si no grito no me obedecen, etc.
5. Porque es lo que conocemos y nos da miedo el cambio
EJEMPLO: A mí me daban un buen pellizco y ve, soy bastante “normal”.
Pero, cuando somos papás, pasa esto:
1. Nuestros hijos aprietan nuestros botones emocionales y detonan respuestas que están en nuestro inconsciente.
- EJEMPLOS:
– Es igual de llorona que mi hermana y no lo soporto
– Si le permito esto, se me va a subir a las barbas como mi tío con mi abuelita,
– Me habla como mi suegra.
2. Se mezclan nuestras creencias, lealtades y patrones familiares con los de nuestra pareja y eso es otro detonante:
- EJEMPLOS:
– Mientras más “barco” es él, más exigente soy yo.
– Trata a mi hija mejor que a mí.
– No lo vaya a hacer inútil como su hermano.
– Mi hijo es igualito a mi familia, mi hija es como la familia de su papá.
3 heridas emocionales de la infancia, ¡reconócelas y cúralas!
Y entonces, tendemos a protegernos a nosotros mismos de lo que sentimos y salen esas respuestas sin darnos cuenta, es cuando se repiten los patrones de crianza y en la relación de pareja vamos a jalar al polo opuesto… y en medio quedan nuestros hijos.
Sea cual sea el motivo, en todos estos casos hay un común denominador: Falta de autoconciencia.
Cuando actuamos como “no quisiéramos actuar” es porque no hemos pasado por el proceso emocional de llorar y sentir lo que nos movió eso que hicieron nuestros papás: una cosa es pensarlo racionalmente, quizá hasta “entenderlo” y otra cosa es hacer un trabajo personal: con conciencia, auto-reflexión y esfuerzo, podemos romper esos patrones y desarrollar nuestras propias formas saludables de pensar y comportarnos.
¿Qué podemos hacer para no repetir patrones?
1. Reconócelo y acéptalo: los amas pero te aprietan botones.
Está bien. Así es. Cuando aceptas que es algo tuyo y no es algo de “ellos”, entonces tú puedes decidir qué hacer con eso. Atrévete a sentir, a sacar y a decirte a ti mismo lo que mueve en ti:
- EJEMPLO:
“La amo y a la vez me cae mal a veces”
“Daría la vida por él, pero me desespera que sea tan necio”
“Me altera ver cómo me recuerda a mi suegro, no tolero su falta de compromiso”
2. Observa cómo afecta a tus hijos.
¿Qué sientes? Tú eres el adulto, tú eres responsable de la relación. Quienes están a cargo sienten culpa si algo no funciona y la culpa ¡está bien!
EJEMPLO: si tú cocinas, si eres jefe de una empresa, si eres director: tú eres responsable y tú
sientes culpa. ¡Siente tu culpa! Escríbela, cántala, platícala, baílala! Invítala!
Ante tus emociones no te paralices, muévete y decide qué hacer con tus reacciones:
- Di cosas como:
– Estoy enojada y puedo lastimar mucho con lo que diga, prefiero tomarme un momento para mi antes de seguirlo hablando.
– Lo que te dije tiene que ver conmigo, no contigo.
3. Elige qué quieres cambiar:
Sé realista, no vas a dar “el cambio total”, sino un paso a la vez. ¿Qué sí puedes cambiar?
EJEMPLO: Por ahora sólo voy a cambiar mi tono de voz, voy a checar la impulsividad, voy a evitar el sarcasmo, voy a tratar de poner límites con el dinero, me voy a checar cuando tenga ganas de castigarlo con mi silencio, voy a estar atenta a mi mirada crítica.
4. Trata de hacer o decir algo diferente:
Busca momentos no tan intensos para practicar. Elige cuando no estés demasiado movido.
EJEMPLO:
- Al principio te vas a dar cuenta cuando ya lo hayas hecho o dicho, luego mientras lo estés haciendo y luego antes de hacerlo o decirlo, y ese es el camino, poco a poco con compasión.
Y si no lo logras…
Habla con amigos, familiares o un profesional. Y protege a tus hijos de tus heridas haciéndote TÚ cargo de tus reacciones.