- Ubica el área de la que está sangrando y coloca una gasa (sólo por encima)
- No dejes que se enjuague ni tapes el hueco con bolas de algodón
- Si el diente está totalmente roto (incluyendo la raíz), recógelo y colócalo en suero fisiológico o en un vaso con leche; no lo laves ni toques su raíz
- Pero si la ruptura es parcial (sólo se ha roto la parte visible sin llevarse la raíz) acude con el odontopediatra para ver si ésta no se afectó; con esto evitarás que tu hijo tenga molestias futuras. Recuerda que entre más rápido llegues, habrá más posibilidades de que se lo vuelvan a poner; de lo contrario será más complicado que arraigue
¡No lo dejes para después!
Muchos padres no saben cómo actuar y dejan que el tiempo pase pero ¿sabías que la pérdida puede afectar el desarrollo posterior de la dentadura y del lenguaje? Sí porque:
- Los dientes de leche o primarios no sólo sirven para masticar, también para que un niño pueda hablar clara y correctamente. Además si éstos se mantienen, los permanentes crecerán en la posición correcta.
- La magnitud, la fuerza y el impacto del traumatismo pueden afectar el desarrollo, el color y la erupción de los definitivos.
- Si falta una pieza en la segunda dentición se desplaza toda la dentadura, así que para evitarlo hay que mantener el espacio y después reponerlo.
¿Cómo lo curarán?
Por lo regular la ruptura parcial no ocasiona el sangrado del nervio, entonces se procede a adherir el fragmento dental o reconstruir el diente. Cuando hay sangrado se tiene que hacer una curación para después pegar el fragmento. Si la ruptura es total y queda la raíz dentro del maxilar, se tiene que quitar, reconstruir el diente y cubrirlo con una corona de porcelana. ¡No le restes importancia! Mejor actúa de inmediato y no pienses que el problema se resolverá cuando le salgan los definitivos.
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