Cómo son los papás de algodón
Los papás de algodón son aquellos que utilizan la sobreprotección para educar a sus hijos.
Padres que en algunos otros casos se les ha llamado papás quitanieves, pero que en este caso, están más preocupados de que a sus hijos no les pase nada desagradable o que pueda afectarlos, intolerarlos o “traumarlos”, a diferencia de los padres quitanieve que pretenden arreglarles la vida a sus hijos para que la transiten más fácil.
Los papás de algodón suelen proteger a sus hijos de tal manera, que en muchos casos terminan volviéndolos débiles, frágiles o vulnerables.
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No toda la crianza con amor y cercanía es sobreprotección y no todos los hijos sobreprotegidos terminan siendo de cristal.
De manera práctica, existen dos indicadores principales de que pudieras estar sobreprotegiendo a tu hijo:
- Cuando estás haciendo por tu hijo algo que por edad y por etapa de desarrollo ya podría o debería estar haciendo por sí solo.
- Cuando recibes comentarios de estar siendo un padre sobreprotector, algodón, helicóptero o quitanieves.
- La sobreprotección es inadecuada e indeseable en la crianza, debido a diversos factores.
- Proviene más de la necesidad de los papás de sobreproteger que del hijo de ser sobreprotegido por la percepción de un mundo peligroso y competitivo.
- La sobreprotección es inadecuada porque suele limitar y obstaculizar el desarrollo emocional de los hijos.
- Es uno de los factores más comunes que provocan el rechazo social y a veces hasta familiar.
- La mayor cantidad de niños víctimas de bullying, suelen ser los niños sobreprotegidos o consentidos.
- En muchos casos inutilizan o bloquean las capacidades reales de los hijos.
- La sobreprotección genera hijos cristal.
Las características de los niños de cristal
- Suelen confundirse con niños sensibles o extremadamente sentimentales.
- Muestran muchas de las veces incapacidades para enfrentar los problemas cotidianos de la vida.
- Tienden a intensificar sus emociones, teniendo una especie de megáfono emocional (son muy intensos e incluso tóxicos en sus relaciones).
- Se vuelven poco resilientes para enfrentar los obstáculos que vayan teniendo.
- Los problemas cotidianos de un niño y sobre todo de un adolescente, lo viven con tal magnitud, que pareciera que se les acaba el mundo ante ellos.
- En muchos de los casos, incluso, es necesario recurrir a la intervención psicológica y en otros a la psiquiátrica y a la medicación para temas de ansiedad y depresión.
- Suelen frustrarse de manera importante ante las mínimas cosas que no son como ellos quieren y, por consiguiente, quebrarse emocionalmente o abortar la misión.
- Se vuelven hipersensibles a la crítica, provocando que prácticamente no se les pueda decir nada.
- Pueden llegar a tener sobre reacciones a cosas simples o de la vida cotidiana.
- Suelen ser intolerantes y “sentirse”, “ofenderse” o “sentirse agredidos” ante muchas cosas, entre ellas, los límites y las reglas que “normales” que se le ponen.
Lo que deben saber de este tema
Los papás de algodón o papás sobreprotectores, se convirtieron en la mayor paradoja de la educación.
Es decir, en un afán de evitarle a los hijos los conflictos, situaciones desagradables o que puedan afectarlos, intolerarlos o “traumarlos”, se generan individuos débiles, frágiles y que se rompen con mucha facilidad.
Qué recomendamos
- No hagas por tu hijo nada que por edad y etapa de desarrollo podría o debería estar haciendo por sí mismo.
- Permite que se enfrente a los conflictos cotidianos que tiene su vida.
- Recuerda que pequeñas grandes dosis de frustración en los hijos no sólo son deseables, sino incluso son necesarias.
- Busca ayuda profesional para ti y/o para tu hijo, para que puedas romper estos patrones o para que tengas herramientas para fortalecer a tu hijo.
5 características que debes reforzar en tu hijo
- Consciencia y aceptación de sus conflictos (cualquiera que estos sean).
- Refuerza la responsabilidad en el más amplio sentido de la palabra.
- Trabaja en sus herramientas de adaptación al entorno para que funcione adecuadamente donde se presente.
- Enfatiza y dale importancia a la integración con los demás. Aquí se incluyen las habilidades sociales y la inteligencia emocional.
- Convéncete que todos estos elementos permitirán que tu hijo sea feliz. Lo cual tu y yo sabemos que no es poca cosa.
Juan Pablo Arredondo. Psicólogo, especialista en niños, adolescentes, adultos, parejas y familias con más de 30 años de experiencia. Autor de 6 libros relacionados con la psicología familiar.
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