fbpx

, , ,

El impacto emocional del cierre de año en niños y familias

/

El cierre de año no solo afecta a adultos. Impacta emocionalmente en niñas y niños, te decimos qué puedes hacer para acompañarlos mejor.

cierre de año en familia
El cierre de año no solo trae listas, cenas y balances para personas adultas. Para niñas y niños, también implica cambios emocionales que a veces pasan desapercibidos. Aunque no sepan ponerlo en palabras, sienten el cansancio, las despedidas y la expectativa de “empezar de nuevo”.

Entender esto te ayuda a acompañarlos con más claridad y menos culpa.

Cambios, despedidas y exceso de estímulos

Durante estas fechas, la rutina se rompe. Hay vacaciones, visitas, viajes o, al contrario, silencios distintos. Además, se despiden maestras, compañeros o actividades que daban estructura al día a día.

A esto se suma el exceso de estímulos. Luces, ruido, reuniones largas y horarios irregulares pueden sobrepasar su capacidad de autorregulación. Por eso, no es raro ver más berrinches, irritabilidad o llanto sin causa aparente.

No es “mal comportamiento”. Es saturación emocional.

Expectativas que también pesan

Aunque no lo notes, niñas y niños perciben el clima emocional de casa. Si hay estrés económico, duelos, conflictos familiares o cansancio acumulado, eso se filtra en su experiencia diaria.

Además, el discurso de “fin de año feliz” puede generar confusión. Si lo que viven no coincide con esa narrativa, pueden sentirse raros o fuera de lugar, sin saber por qué.

Aquí es clave recordar algo: no necesitan que todo sea perfecto, sino que sea auténtico.

Señales a las que conviene prestar atención

Cada infancia expresa el cierre de año de forma distinta. Sin embargo, hay señales comunes:

  • Cambios en el sueño o apetito
  • Regresiones, como volver a mojar la cama
  • Mayor apego o, al contrario, aislamiento
  • Explosiones emocionales más frecuentes

Si estas conductas aparecen, no significa que algo esté “mal”. Más bien indican que algo necesita ser acompañado.

Cómo acompañar sin sobreproteger

Primero, valida lo que siente. Frases simples como “veo que estás más sensible” ayudan más que intentar animarlo rápido.

Después, cuida lo básico. Mantener horarios razonables de sueño y comida ofrece seguridad emocional, incluso en vacaciones.

También puedes anticipar cambios. Explicar qué pasará hoy o mañana reduce ansiedad, sobre todo en infancias pequeñas.

Por último, deja espacio para el aburrimiento y el juego libre. No todo tiene que ser plan, fiesta o actividad especial.

Empezar el año con más calma emocional

El cierre de año no tiene que ser una meta que se cruza a toda velocidad. Para la infancia, es más bien un proceso. Uno que se vive en el cuerpo, en las emociones y en los vínculos.

Acompañar no es resolver todo, sino estar disponible. A veces, eso es más que suficiente.

Comparte esta nota

Más sobre este tema
, , ,

Qué te pareció esta nota

0 / 5. 0

TAGS: