¿Qué es la placenta adherida o placenta accreta?
“La placenta debe desprenderse de forma espontánea de la pared uterina en promedio, a los 30 minutos tras el nacimiento del bebé. Si ello no ocurre hay que ayudarla a salir”, explica el entrevistado, puesto que si no se desprende o se queda atascada habrá riesgo de hemorragias e infección.
“En cerca del 3 al 6% de todos los nacimientos vía vaginal se produce la placenta retenida o placenta adherida y cada día más mujeres la padecen, principalmente porque los futuros papás (tanto la mujer como el varón) tienen una edad mayor al momento de la concepción”, precisa Luján Irastorza y explica que cuando se practica una cesárea, se desprende la placenta suavemente con los dedos del ginecólogo.
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5 razones por las que se genera una placenta accreta
Existen diversas causas por las que se produce una placenta retenida, entre las principales están:
1. Placenta muy adherida: Cuando la placenta se adhiere por primera vez a la pared uterina deberá hacerlo hasta cierta profundidad. Sin embargo, algunas placentas llegan hasta el músculo y, cuando es momento de salir, no puede desprenderse por sí mismas.
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2. Poca cantidad de prostaglandinas: Estas sustancias tienen diversas funciones en el organismo, durante un embarazo ayudan a la contracción del útero para que salga la placenta. No obstante, en algunas mujeres, no hay suficiente cantidad de prostangladinas y la placenta simplemente se retiene.
3. La progesterona no desciende: Para que un embarazo sea viable, deberá haber altos niveles de progesterona la cual cae abruptamente cuando el bebé nace y, entonces, la placenta sale. Sin embargo, si se mantienen altos los niveles de progesterona la placenta no puede “liberarse” y se queda por más tiempo en el útero.
4. Alta contracción del útero: Después del nacimiento del bebé, el útero —como un mecanismo de defensa para no sangrar— se contractura para no perder líquido hemático. No obstante, en algunas mujeres se contractura de más y, por tanto, mecánicamente la placenta queda atrapada.
5. Infartos placentarios previos: Durante los 9 meses de un embarazo, la placenta puede sufrir pequeños infartos y justamente son estas zonas que quedan atrapadas en el útero por eso hay que sacarlas. Es cuando sale la placenta en pedazos y no como una pieza completa.
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La lactancia temprana ayuda a desalojar la placenta adherida
Lujan Irastorza explica que cuando una placenta está retenida lo primero que se debe hacer es dar masajes suaves en el vientre para tratar de que se desprenda. Además, “se fomenta la lactancia materna inmediatamente tras el nacimiento para que la succión del pezón ayude a ´indicarle´ a la placenta que su función a terminado. Si ello no funciona, se le brindan medicamentos a la mujer para que el útero se contraiga y se cierren los vasos sanguíneos que alimentan la placenta”.
La importancia del vendaje abdominal
El experto indica que “siempre se tiene que revisar que la placenta haya salido completa y si se hicieron maniobras para sacarla, hay que colocar un vendaje abdominal para que los vasos del útero se mantengan cerrados y no haya riesgo de hemorragias obstétricas”, indica el directivo de Fundación Pronatal y advierte que a fin de evitar la placenta retenida es necesario que dos meses antes del embarazo la mujer vaya con el ginecólogo para que le recomiende:
- La ingesta de ácido fólico, omegas, complejo B, vitamina D y vitamina C
- Checar si hay buena o mala circulación
- Diversos estudios en caso de tener ovario poliquístico
- La mejor dieta en reducción de azúcar
- Una rutina de sueño de más de 7 horas de descanso continuo, así como 20 minutos de caminata al día y el control de las emociones
- Una programa para reducir el sobrepeso o la obesidad
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