Cuando un bebé se vuelve adicto a él y no lo suelta ni para dormir, ese objeto empieza a generar angustia en los papás debido a la posible dependencia que está creando en su hijo. Y es que renunciar al chupón no es tan fácil como parece, implica un proceso largo pues el lazo emocional que ha formado el niño es sólido. Toma en cuenta que lo considera su medio para relajarse, conciliar el sueño, tranquilizarse y consolarse al percibir algo extraño en su entorno.
Esta pieza y su uso constante se convierten en una práctica inconsciente para apaciguar sus tensiones, además de servirle para adaptarse a ciertas situaciones. No existe una edad reglamentaria ni un momento en particular en que deba dejarlo. En ciertos casos él es quien lo olvida porque su necesidad de tenerlo disminuye al crecer y volverse más activo. Pero si esto no sucede, los especialistas concuerdan en que se retire paulatinamente a partir del año de edad, no porque sea algo malo, sino para evitar que se apegue al objeto de una forma contraproducente. Hay varias maneras de reducir su uso para luego quitárselo definitivamente:
- Busca el momento adecuado. Cuida que no coincida con algún evento trascendental como una mudanza, la entrada a la escuela, etcétera
- Quítaselo gradualmente. Restringe su uso en ciertos momentos y lugares, por ejemplo, durante el trayecto en el carro o cuando esté viendo la tele
- Prémialo. Celebra si ya no lo necesita para calmarse; puedes hacerlo a través de actividades que le gusten, pero trata de no darle regalos o dulces
- No retrocedas. Es lógico que en este proceso tu hijo tenga días en los que no se acuerde del chupón, pero otros donde lo extrañe y haga berrinches épicos por él. Mantente firme y no se lo des, pues echarás a perder el camino recorrido
- Evita crear otro vínculo. No reemplaces el artículo por otros, como mantas, almohadas, juguetes para morder. Estarás fomentando su dependencia
- Ponle ejemplos. Ayúdalo a que note que otros niños no usan chupones, sólo ten cuidado en no caer en comparaciones negativas. Prueba con: “Mira cómo aquel niño se divierte y puede cantar canciones”.
- Hazlo cuando vayan a una fiesta, al parque, o cuando vean un programa televisivo o lean un libro.
- Sé paciente. La hora que representa más problemas es la de dormir, así que primero intenta quitárselo en las siestas de la tarde y luego por la noche.
- Propicia la interacción con otros niños. Al ver que otros de su edad no lo usan, tu hijo los querrá imitar.
- Busca apoyo. Informa al resto de la familia sobre este proceso. Abuelos, tías, e incluso las maestras del kínder, niñeras, o amigos cercanos pueden ayudar a que lo deje.
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