¿En dónde impacta más el regreso a clases?
- El reloj interno (sistema circadiano). Regulado por el hipotálamo y la melatonina, se acostumbra a dormir y despertar más tarde. Esto complica el ajuste cuando toca levantarse temprano.
- Funciones ejecutivas (lóbulo prefrontal y frontal). Al reducirse la exigencia y la estructura diaria, se practica menos la organización, la planificación y la atención sostenida.
- Procesos emocionales (amígdala y corteza prefrontal). Pasar de un entorno flexible a uno estructurado puede generar irritabilidad, resistencia, ansiedad o cansancio excesivo.
En otras palabras, en vacaciones el cerebro se adapta a un ritmo más laxo, y al volver a clases necesita tiempo y estrategias para reajustar el sueño, la atención, la memoria y la regulación emocional.
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También las madres y los padres atraviesan este proceso. Después de semanas más flexibles, la rutina más demandante puede provocar cansancio, irritabilidad y estrés, porque el cerebro adulto también debe adaptarse a nuevas exigencias.
Para que el regreso sea más positivo, aquí tienes 10 tips que favorecen el equilibrio entre organización, bienestar emocional y flexibilidad:
- Ajusta poco a poco la hora de dormir, en intervalos de 15 a 20 minutos, hasta lograr una hora fija para acostarse y despertar.
- Diseña con tus hijos una rutina visual: dibujos para los más pequeños, horarios escritos para adolescentes.
- Promuevan actividad física durante el día (caminar, correr, bicicleta, juegos al aire libre) y eviten ejercicio intenso justo antes de dormir.
- Dejen listos uniformes, mochilas y parte del lunch la noche anterior; así reducen el estrés de la mañana.
- Evita pantallas al menos una hora antes de dormir. La luz azul retrasa la producción de melatonina.
- Ofrece cenas ligeras, sin cafeína ni exceso de azúcar.
- Implementa una rutina relajante en familia antes de dormir: meditación guiada, respiraciones, lectura tranquila o estiramientos.
- Incluye momentos de conexión en la mañana: desayunar juntos, dar un comentario positivo o despedirse con abrazo y beso.
- Mantén espacios de juego, descanso y relajación durante el día para bajar la sobrecarga emocional.
- Hablen de emociones: expresa las tuyas, valida las de tus hijos y ayúdalos a ponerles nombre.
El regreso a clases puede convertirse en una oportunidad para reencontrarse con la estructura y crear pequeños rituales que dan calma. No se trata de hacerlo perfecto, sino de acompañar con paciencia, recordando que tanto ellos como tú necesitan tiempo para adaptarse.

