Crédito: Culpa en la maternidad
Ser mamá no es fácil. Y aunque todos hemos nacido de una mujer, eso no significa que todos tengamos una madre presente o que toda mujer nazca sabiendo cómo ser mamá. La relación madre e hijo es de las más profundas y complejas, llena de momentos hermosos, pero también de desafíos. Y cuando éstos no se cumplen como crees que debe de ser, surge la culpa en la maternidad.Hoy en día, la maternidad viene con una presión enorme. Se espera que las mamás hagan solas lo que antes hacía toda una tribu: una mujer daba a luz, otra amamantaba, la abuela arrullaba y la hermana entretenía. Ahora, la sociedad sigue cargando a las madres (y a las mujeres en general) con casi toda la responsabilidad del cuidado de los hijos. ¿El resultado? Un nivel de exigencia imposible de cumplir.
Cuando el amor de mamá nunca es suficiente
No todas las madres saben expresar amor de la misma forma. Algunas, por su propia historia, crecen con carencias afectivas y se convierten en madres narcisistas. El narcisismo es la necesidad extrema de admiración y validación. En el caso de las madres narcisistas, esto impacta profundamente a sus hijas, ya que en lugar de verlas como personas individuales, las ven como una extensión de sí mismas.
Si creciste con una madre narcisista, es posible que hayas sentido que nunca eras suficiente, que tenías que actuar de cierta manera para ganar su amor y aprobación. Esta es la culpa en la maternidad. Pero el amor de mamá debería sentirse incondicional, especialmente en la infancia. Cuando ese amor no está presente, crecemos con un vacío emocional difícil de llenar.
Culpa en la maternidad
Las consecuencias se ven en la adultez: buscamos validación constante, nos sentimos inseguras y, a veces, repetimos patrones sin darnos cuenta. Por eso, si alguna vez te has preguntado ¿seré suficiente como madre?, la respuesta es: sí. Lo eres. Y si alguna vez dudaste de ello, es porque seguramente creciste sintiendo que nunca lo eras para tu propia mamá.

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Romper este ciclo es posible. Ser consciente de ello es el primer paso para criar desde el amor y no desde la herida.
Con información de Aura Medina.