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Cómo pasar de crianza autoritaria a una crianza consciente

La crianza es crucial en el desarrollo de los niños y en general de la familia, por eso es clave dejar a un lado la crianza autoritaria para poder ser más compasivos.

que es la crianza autoritaria

Crédito: STOCK

La crianza desempeña un papel crucial en el desarrollo de los niños y en general de la familia, por eso es clave dejar a un lado la crianza autoritaria para poder ser más compasivos y lograr criar de forma más consciente.

En la infancia es importante el entorno en el que crecen los niños, las interacciones con quienes los cuidan y el tipo de orientación que reciben, porque eso tiene un impacto profundo y duradero en el desarrollo cognitivo, emocional y social.

El control lleva a una crianza autoritaria

Recuerdo cuando me convertí en madre noté que a menudo me obsesionaba con el control y la manera en que las cosas se hacían. Por ejemplo, cuando mi esposo cambiaba el pañal de nuestro hijo, yo siempre estaba atenta para decirle cómo hacerlo.

Lo mismo sucedía al tratar de hacer que el niño se durmiera. Hasta que un día, tuve que salir de viaje por una semana cuando Leonardo tenía solo un año, y mi esposo se quedó a cargo de él.

Durante esos siete días, aprendí muchas lecciones valiosas, y una de las más importantes fue soltar el control, fluir y confiar en que mi esposo cuidaría de Leonardo tan bien como yo lo hacía.



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Comprendí que él encontraría su propia manera de cambiar pañales, ponerlo a dormir y jugar con él. Además, permitirle ejercer su paternidad era crucial y algo de lo cual yo no podría limitarlo.

El deseo de controlarlo todo puede llevarnos a tener una crianza autoritaria y rígida. Creo que muchas mamás primerizas pueden relacionarse con esto mientras leen estas palabras. El control puede manifestarse en todos nuestros roles, como parejas y madres.

La importancia de conectar antes de corregir

Corregir a un niño no sólo es decirle NO HAGAS ESO. Corregir debe ser sin expectativas, se trata de fluir, por más cliché que suene, porque sólo así se puede establecer una conexión real.

La crianza autoritaria se caracteriza por una estructura rígida y con un alto grado de control por parte de los padres. En este enfoque, se espera que los niños obedezcan sin cuestionar, y las reglas se imponen de manera unilateral. Aunque puede haber intenciones positivas detrás de esta forma de crianza, puede limitar la autonomía y la expresión individual de los niños.

Por ejemplo, al imponer reglas estrictas sin espacio para la negociación, los niños pueden sentirse cohibidos y tienen menos oportunidades para desarrollar habilidades de toma de decisiones.

Un enfoque más positivo y consciente implica negociar con nuestros hijos y anticiparnos para establecer límites saludables.

Por ejemplo, si un niño quiere ver televisión cuando llega a casa, podemos negociar diciendo: «Hagamos un trato, ¿qué te parece si cuando lleguemos a casa jugamos un rato en el jardín y después de comer puedes ver televisión un rato y luego jugar lo que quieras?».

 

Papás sobreprotectores con crianza hipervigilante

Cuando nos enfocamos en la conexión, estamos más disponibles emocionalmente para nuestros hijos. Somos más empáticos, la comunicación fluye mejor y comprendemos sus necesidades y emociones de manera más efectiva. En lugar de controlar, guiamos a nuestros hijos, fomentando su independencia y su capacidad para tomar decisiones.

Por ejemplo, si nuestro hijo quiere otro dulce después de haber comido dos chocolates, podemos establecer un límite claro pero amoroso: «No puedes comer más chocolate, ya has comido dos y es suficiente».

Si el niño se enfada y llora, podemos acompañarlo y validar sus emociones: «Sé que estás muy enojado, y está bien sentir eso». Mantenemos el límite hasta que se calme, luego podemos hablar sobre lo sucedido.

La crianza consciente aborda la disciplina desde una perspectiva de comprensión y apoyo emocional en lugar de centrarse en el castigo. Busca entender las necesidades y emociones detrás del comportamiento de los niños y ofrece orientación en lugar de imponer sanciones.

Por ejemplo, en lugar de castigar a un niño por un comportamiento no deseado, podemos hablar sobre lo que siente y cómo podemos encontrar formas más adecuadas de expresarse.

Estrategias de disciplina consciente

Dejar la crianza autoritaria de lado sí es posible y pueden suplir ciertas actitudes estableciendo límites claros pero flexibles, modelar comportamientos positivos y fomentar la autorregulación emocional a través de técnicas como la respiración profunda y la resolución de problemas.

La crianza consciente tiene un impacto profundo y duradero en la autoestima, la confianza y la relación de los niños con el mundo. Los niños criados de esta manera desarrollan una mayor capacidad para comprender y expresar sus emociones, lo que les permite establecer relaciones más saludables en el futuro. También cultivan un sentido de confianza en sí mismos y una mayor motivación para explorar y aprender.

La transición de la crianza autoritaria a la crianza consciente marca un cambio significativo en la dinámica entre padres e hijos. Al adoptar una perspectiva de conexión, empatía y respeto mutuo, los padres pueden transformar su relación con sus hijos, promoviendo un crecimiento saludable y una autoestima sólida.

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