¿Por qué gritarles es malo?
Cuando les levantas la voz, los niños pueden sentirse asustados y confundidos. Esto activa su respuesta de lucha o huida, y lo único que hace es que entienden el mensaje que quieres transmitirles. Te decimos por qué no gritarles:
- Sube la ansiedad: Los niños expuestos constantemente a gritos pueden desarrollar miedos y estrés crónico.
- Baja el autoestima. Sentirse criticados o humillados puede afectar su confianza en sí mismos.
- Les enseñas que gritar está bien: Los niños aprenden a imitar lo que ven, por lo que podrían recurrir a los gritos para resolver conflictos.
¿Qué hacer en vez de gritar?
1. Mantén la calma y respira profundo
Antes de reaccionar impulsivamente, tómate unos segundos para respirar y evaluar la situación. Un tono de voz firme pero tranquilo tiene más impacto que los gritos.
2. Usa la conexión en lugar de la corrección inmediata
Cuando un niño se comporta mal, muchas veces es porque busca atención o no sabe manejar sus emociones. Antes de reprenderlo, valida sus sentimientos y conéctate con él a nivel emocional.
3. Establece reglas claras y consecuencias consistentes
Los niños necesitan saber qué se espera de ellos. Explica las normas de manera sencilla y aplica consecuencias lógicas y proporcionales a su comportamiento sin necesidad de gritar.
4. Refuerza el buen comportamiento
En lugar de enfocarte solo en lo negativo, elogia y refuerza las buenas conductas. Un simple “Me encanta cómo compartiste con tu hermano” puede motivarlos a repetir esas acciones.

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5. Practica la escucha activa
A veces, los niños solo necesitan sentirse escuchados. Haz contacto visual, agáchate a su altura y demuestra que entiendes su perspectiva antes de corregirlos.
Gritar puede parecer una solución rápida, pero sus efectos a largo plazo pueden ser perjudiciales. Optar por la paciencia, el respeto y la disciplina positiva no solo mejora la relación con tus hijos, sino que también fomenta su desarrollo emocional y social. La próxima vez que sientas la necesidad de gritar, recuerda que hay maneras más efectivas de educar con amor y empatía.