El libro Invisible, de Eloy Moreno, es un llamado a la sociedad. En él se habla de cómo el bullying se normaliza entre niños y adultos, cómo las instituciones lo ignoran para proteger su prestigio y cómo los padres a veces prefieren mirar hacia otro lado porque «su hijo no está involucrado».
Frases que ‘normalizan’ el bullying a niños invisibles
¿Cuántas veces has oído frases como estas?
- «Así son los chavos.»
- «En mi época también pasaba y aquí estamos.»
- «Los niños se llevan pesado, es normal.»
- «Ya se arreglarán solos.»
- «El que se lleva, se aguanta.»
Estas frases minimizan el problema y dan paso a que siga ocurriendo. Muchos padres callan cuando sus hijos son víctimas porque temen que, si hablan, la situación empeore. Otros creen que «los hará más fuertes» o simplemente esperan que pase por sí solo.
México: ¿líder en bullying?
Según la ONG Bullying sin Fronteras, México es el país #1 en acoso escolar, con 7 de cada 10 niños sufriéndolo diariamente. ¿Cómo es posible que un país conocido por su solidaridad en desastres naturales no pueda unirse para proteger a sus propios niños?
Muchas veces, cuando el niño acosado finalmente decide defenderse, lo hace con las pocas habilidades sociales que le quedan. En ese momento, se convierte en «el agresor» y recibe castigo, mientras el verdadero acosador sigue intacto.

Shhh… La guía definitiva para enseñarle a tu bebé a dormir


Te interesa: Estudiantes de TecMilenio piden justicia para Rudy
O peor aún: ambos reciben la misma consecuencia, empoderando al agresor y dejando en total desamparo a la víctima.
¿Es esto indiferencia?
¿Cuántos padres dicen formar parte de una comunidad, pero cuando alguien necesita apoyo, desaparecen? ¿O cuántos maestros prefieren ignorar lo que pasa en sus salones para evitar problemas? ¿Cuántos directivos priorizan la reputación de su institución sobre el bienestar de sus alumnos?
La violencia no solo son golpes o insultos. La violencia también es ignorar, desacreditar, modificar expedientes o simplemente no hacer nada.
¿Y las consecuencias?
Muchos niños acosados terminan dejando la escuela, mientras los agresores permanecen impunes. Es más fácil desacreditar a un niño o a una familia que a una institución.
El libro Invisible nos recuerda que, en la vida real, hay muchas víctimas que nadie ve, porque es más fácil pensar que «no es nuestro problema».
Es momento de dejar de normalizar la violencia, de enseñar a nuestros hijos a alzar la voz y de exigir cambios en las instituciones. Porque nadie, absolutamente nadie, merece sufrir en silencio.