Aunque nos gustaría que fuera así, la realidad es que la soledad no es exclusiva de los adultos. Por el contrario, muchos niños se sienten extremadamente solos. Esta emoción, si no es tratada, puede llevarlos a experimentar enfermedades físicas y emocionales que marcarán su vida para siempre.
La soledad en la infancia
«La soledad en la infancia es la mayor tristeza que puede existir en el mundo, porque es la tristeza de un ser inocente.» – Ernest Hemingway
Según la Real Academia Española, la soledad es la «carencia voluntaria o involuntaria de compañía». Podemos estar rodeados de personas, pero sentir que no tenemos a nadie en el mundo. En los niños, esta sensación puede experimentarse de manera más intensa y, sumado a que cuentan con menos herramientas para afrontarlo, los vuelve más propensos a sufrir enfermedades como la depresión.
Los niños suelen estar rodeados siempre de otros niños, en la escuela, en el parque o en su propia casa con sus hermanos. A pesar de que muchas veces decimos que los niños tienen «mejor vida social que nosotros», en realidad ellos también llegan a sentirse solos. Los diversos cambios por los que pasan durante la infancia y la adolescencia son un factor importante. Cambios de escuela, divorcio de los padres, problemas de adaptación, entre muchos otros.
Otros factores externos que también pueden llegar a aumentar la probabilidad de que un niño sufra de soledad son: tener una discapacidad, tener un padre o madre que sufre de depresión, sufrir de bullying en la escuela, ser parte de la comunidad LGBTQ+ y/o abuso de sustancias. Además, las niñas son propensas a experimentar este sentimiento con más intensidad que los niños.
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Las posibles consecuencias
Además del impacto que llega a tener la soledad en los niños en su bienestar mental y emocional, también puede ser un factor de riesgo para ciertas enfermedades físicas. Entre las posibles consecuencias están:
- Ansiedad social
- Depresión
- Muerte prematura
- Hipertensión
- Obesidad
- Abuso de sustancias
Estos son solo algunos de los posibles escenarios que pueden derivarse de un niño que experimenta la soledad en su infancia. No obstante, está en los adultos y los profesionales de la salud poder ayudarlos para que puedan vivir una infancia feliz y este sentimiento pueda ir desapareciendo.
Cómo podemos ayudarlos
«La soledad en la infancia es la noche más oscura que puede haber en el alma de un niño, pero el amor es la estrella que puede guiarlo.» – Victor Hugo