Podemos descartar la idea de que tiene que ver con un problema médico o psicológico y centrarnos en causas más simples que pueden ser cansancio o sueño extremo, aburrimiento ante ciertas tareas o actividades que pueden ser demasiado largas o poco interesantes, hábitos arraigados, imitación, baja capacidad para comprender instrucciones que no están a su nivel cognitivo, etcétera.
Por ello, antes de diagnosticarle arbitrariamente, es fundamental que descubras lo que está ocasionando esta conducta. Para lograrlo, obsérvale y analiza los siguientes factores:
- ¿En qué momentos y lugares comienza a hacerlo?
- ¿Lo hace durante las clases, mientras estudia, o por el contrario, cuando está jugando y viendo la televisión?
- Cuando está con otros niños, ¿parece estar atento?
- Al estar solo, ¿notas que se abstrae en sus pensamientos?
- Cuando juega un videojuego, ¿termina de jugarlo, lo deja a la mitad, o se aburre de éste desde el principio?
- ¿Está distraído la mayor parte del día sin importar en donde esté?
- Al darle una orden, ¿notas que se concentra o parece despistado?
Contestar estas preguntas tras haberle observado por un periodo de tiempo considerable, te ayudará a identificar el momento exacto y lo que detona que tu hijo se distraiga. Con la información recopilada será más fácil saber si se trata de algo más serio. De cualquier forma, a continuación te damos una serie de estrategias para que fomentes su curiosidad y atención, y al mismo tiempo minimices sus lapsos de despiste:
- Evita encasillarlo bajo el concepto de distraído o despistado, tampoco le digas que es un “tonto”. Con estas descalificaciones sólo le provocarás inseguridad y baja autoestima
- Trata de no darle órdenes o instrucciones mientras está ocupado, ya que sólo lo abrumarás
- Cuando le des una instrucción, pídele que te la repita, así tendrás la certeza de que te ha escuchado y entendido
- No lo castigues. Utilizar esta técnica no es la solución y sólo agravará la situación
- Establece rutinas. Le ayudará a saber que a cierta hora tiene la obligación de hacer su cama, darle de comer al perro, empezar a hacer su tarea, etcétera
- Fomenta la lectura. Leer es una excelente táctica para agilizar su mente y para que ubique su entorno
- Ten mucha paciencia, pues la distracción no es algo que se “le quite” de la noche a la mañana, requiere esfuerzo de tu parte
- Si sigues pensando que esto no es normal, acude con un paidopsiquiatra para que con base en un diagnóstico neurológico y psicológico, te diga qué es lo que ocurre
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.