Aunque puedes pensar que el vínculo afectivo y el apego parecen sinónimos, hay que diferenciarlos. El apego es un mecanismo con el que nacemos programado; éste activa comportamientos que ayudan a crear un vínculo entre madre e hijo que le da al bebé cercanía, protección y seguridad para crecer. Por otro lado, el vínculo se refiere al lazo afectivo que surge entre dos personas y que genera confianza en el otro a través del tiempo y la comunicación.
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No es mamitis: es ansiedad
La mayoría de las mamás piensa que cuando su hijo no quiere separarse de ellas se debe a algún problema con el tipo de apego que desarrolló pero no es así. Un bebé puede tener un apego seguro con su madre o cuidador principal y, aun así, presentar ansiedad de separación, lo que comúnmente conoces como “mamitis”.

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La angustia de separación se presenta alrededor de los 9 meses de edad y puede desaparecer a los 2 o 3 años. Por lo general, esta reacción suele tomar por sorpresa a los papás. De tener un bebé sociable, sonriente y fácil de cuidar, pasan a tener un pequeño huraño, hostil y difícil de dejar encargado y llegan a pensar que algo están haciendo mal, cuando en realidad esta fase es completamente normal. A lo que sí debes prestar atención es a no estar formando un niño dependiente.
Estrategias antimamitis
Para prevenirla
- Relájate y permite que las personas con quienes convive normalmente lo toquen e interactúen con él bajo tu supervisión.
- De vez en cuando deja que alguien más lo cuide.
- Cuando salgas, no olvides despedirte de él desde pequeño; dile “Bebé, adiós, ya me voy”. Y al regresar dile con énfasis: “¡Ya regresé!”. No lo comprenderá como un niño que ya habla, pero podrá asociar signos, sonidos, gestos y eventos.
Si ya apareció
- Considera que la angustia que muestra es real, no chantaje ni resultado de estar malcriado.
- Platica con los adultos que no acepta (abuelos o tías) para que intenten acercarse de otro modo a tu bebé. Pídeles que en lugar de cargarlo inmediatamente, le hablen a distancia en voz baja y se aproximen poco a poco para que se vaya familiarizando.
- Ten fotografías de estas personas en casa para que se acostumbre a su imagen.
- Si tú eres quien acapara su atención, dale una bienvenida cálida a la persona con la que quieres que establezca un vínculo afectivo; de esta forma entenderá que es una persona bien recibida y de confianza.
- Avísale que te irás aunque llore; no lo hagas a escondidas porque si lo experimenta varias veces, preferirá mantenerse pegado a ti para vigilarte.
- En caso de que tengas que hacer algún viaje, es importante dejarlo con alguien con quien también tengan un lazo afectivo y conozca bien. Si no es posible que se quede en tu propia casa, llévale sus objetos más cercanos: juguetes, cobija, etc.
- Ten paciencia y reconquista a tu bebé si te desconoce después de que pasaron tiempo separados. Regresar a la rutina y el contacto frecuente hará que se recupere el vínculo.
- Llámalo desde donde estés cuando no puedas estar junto a él para que te sienta presente y no se estrese