Lo primordial para hablar y manejar la muerte con los hijos es no mentir y darles conceptos que puedan manejar de acuerdo con su edad.
Recuerda que el duelo es un proceso, lleva tiempo y tratándose de los niños, va elaborándose según las capacidades que tengan y vayan adquiriendo durante su desarrollo gracias a las herramientas que la misma familia y su ambiente les puedan facilitar.
El primer punto es que a un niño hay que decirle la verdad, una adaptada a los años que tiene y su capacidad de comprensión; él necesita certidumbre para sentirse seguro en la vida y para saber que puede confiar en los adultos que lo cuidan. Dicho de otro modo, le es imprescindible: entender qué está pasando, qué va a suceder, qué se espera de él y qué puede esperar él de los demás y de la vida.
Necesitas aprender a contenerlo, Infórmate y no lo abandones en ningún momento creyendo en los mitos de que no entiende, lo proteges de sufrir o es tan fuerte que se le pasará. ¡Prohibidísimo caer en ese error!
Poner atención a los duelos por aniversario, cada nuevo año puede haber una pequeña o gran crisis ante el recuerdo de la pérdida… permítelo, no te asustes ya que es saludable pues es la posibilidad de hablar del tema y seguir resolviendo cuestionamientos, estructurar ideas, reacomodar, reconocer sus emociones y dar un paso adelante.
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