Explicarle a un niño la muerte de un ser querido durante la contingencia, es algo necesario
Cada día escuchamos acerca del incremento en el número de casos, inclusive en aquellos países que ya habían logrado controlar la pandemia. Y con el paso del tiempo y el aumento en el número de contagios, hay también un incremento en el número de muertes. Esto ha dado lugar a que los niños se vean expuestos al tema de la enfermedad y la muerte una y otra vez, y que muchos padres deban enfrentar preguntas de sus hijos pequeños, preguntas que nadie está preparado para contestar:
“Mamá, ¿por qué murió el abuelito?”
“Papá, ¿tú también te vas a morir?”
“Mamá, ¿me puedo morir?”
“¿Por qué la gente se está muriendo?”
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No hay una forma fácil de explicarle a un niño la muerte de un ser querido, pero a través de este artículo quisiera darles algunas sugerencias que les puedan ayudar ya sea que sus hijos estén preguntando o que ustedes quieren abordar el tema, pues los han notado preocupados y con muchas dudas acerca del virus y sus consecuencias.
Cuando los niños empiezan a escuchar lo que está sucediendo, temen por su propia seguridad y la de sus seres queridos. Además, debido a la magnitud de lo que estamos viviendo, al fácil acceso que hoy en día tenemos a la información, al confinamiento que nos obliga a pasar mucho tiempo juntos, los niños escuchan acerca de lo que está sucediendo todo el tiempo, en México y en otras partes del mundo; de manera que experimentan un verdadero bombardeo de noticias que les causan angustia y que no están preparados para manejar.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que las respuestas de los niños ante las crisis, representan patrones normales ante situaciones anormales; son intentos de adaptación. Y varían de acuerdo a diversos factores, como su edad, la cercanía a una persona contagiada o que ha fallecido, el apoyo que reciben y, sobre todo, la reacción de los adultos a su alrededor.
Por otro lado: ¿Cómo hablarle a tu hijo de la muerte de los padres?
Debes cerciorarte que tú estés bien para explicarle a un niño la muerte de un ser querido o no podrás apoyar a los niños hasta que te hayas hecho cargo de tus propias necesidades y sentimientos. Si no te sientes listo para hacerlo, ¡pide ayuda!
Es como dice el aviso de seguridad de los aviones: en caso de una pérdida inesperada de oxígeno, coloca primero una mascarilla sobre tu nariz y boca – solo entonces podrás ayudar a tus hijos.
Es posible que necesites ayuda para hacer frente a sentimientos como la tristeza, la impotencia, el miedo y la ira. Esta ayuda podrá venir de familiares, amigos o, en algunas ocasiones, de un terapeuta que te pueda orientar.
Veamos algunas sugerencias de lo que puedes hacer para explicarle a un niño la muerte de un ser querido durante la contingencia:
- Los niños necesitan consuelo, saber que no están solos. Esto es lo primero que puedes hacer como padre, pues en muchas ocasiones, ante la magnitud de los acontecimientos, las necesidades emocionales de los niños se dejan de lado.
- Las reacciones de los niños al enterarse de que un ser querido ha muerto son variadas; algunos lloran, algunos hacen preguntas y otros parecen no reaccionar en absoluto. Ninguna reacción es mejor que otra; simplemente es la forma natural que cada niño tiene de responder. Quédate con él; abrázalo y bríndale apoyo. Permítele llorar. Responde a sus preguntas o simplemente quédense juntos por unos minutos.
- Habla de tus emociones y anima a los niños a hablar de las suyas. Utiliza un lenguaje simple, por ejemplo: “Sé que estás muy triste. Yo también estoy triste.” “Extraño mucho a tu abuelita; yo la quería mucho. ¿Tú qué recuerdas de ella?” Rescatar recuerdos de la persona que ha muerto permite ponerse en contacto con su memoria, su vida, y no solo con su pérdida.
- Para algunas familias puede ser importante que los niños participen en rituales como el entierro, funeral o cremación de la persona que ha muerto. Sin embargo, debido a las condiciones que estamos viviendo actualmente, este tipo de ritual se ha vuelto imposible. Pero no deja de ser importante ayudar al niño a despedirse del ser querido; dependiendo de la edad del niño puedes, por ejemplo, invitarlo a escribir una carta, hacer un dibujo o rezar con él por la noche para ponerse en contacto con la persona que ha muerto.
- Un error en el que caen muchos padres es evitar hablar de las personas que han muerto, “para proteger a los niños” dicen algunos.Por el contrario: es muy importante ayudar a tus hijos a recordar a la persona; anímalos a platicar del ser querido, a recordar sus momentos y actividades favoritas, a dibujar o escribir historias de sus recuerdos. Recordar y compartir recuerdos felices ayuda a sanar el dolor y a rescatar sentimientos positivos.
- Ayúdalo a prepararse para la vida sin la persona que ha fallecido. En condiciones normales, podrías decirle que los domingos, cuando solían comer con la abuela, ya no lo harán más. Ahora, con la pandemia, podrías decirle, por ejemplo, que ya no podrá hablar más con ella por teléfono como lo había estado haciendo en las últimas semanas.
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Responde a sus preguntas
Muchos niños pedirán más información acerca de la muerte y qué pasa cuando alguien ha muerto. Responde con la verdad, pero de acuerdo a la edad de los niños.
Si en un momento dado te sientes sobrepasada por la conversación, puedes decirle al niño que “en este momento” te sientes muy triste y no puedes continuar, que lo van a platicar después. Pero asegúrate de platicarlo después. Y si el niño hace alguna pregunta cuya respuesta no sabes, se vale decir “no sé”, pero lo investigamos juntos.
Tampoco es necesario o deseable que pasen todo el día sumergidos en estos sentimientos de tristeza. Después de platicar un rato con el niño, una vez que lo sientes más tranquilo, pueden cambiar de actividad. De hecho, así funcionan los niños: en un momento dado pueden estar sumamente tristes y, al siguiente, pueden involucrarse en una actividad que les gusta o platicar de algo que los hace sentir felices: jugar un rato, cocinar juntos, ver la televisión, dibujar…
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Comenzar a hacer las cosas cotidianas puede ayudarnos a empezar a regresar a un sentimiento de normalidad. Esto es particularmente importante en el momento actual, pues si para muchos de nosotros está siendo sumamente difícil encontrar una nueva normalidad, ¡imaginemos lo difícil que es para los niños!
Sentirse mejor después de la muerte de un ser querido lleva tiempo. Algunos niños pueden tener problemas temporales para concentrarse o dormir, falta de apetito o temores que antes no presentaban. Estas reacciones suelen ser temporales. Pero es importante explicarle a un niño la muerte de un ser querido y no hacer como que no pasó nada.
Si la tristeza o alguno de estos síntomas permanece por un tiempo demasiado prolongado, puede ser importante buscar la ayuda de un especialista.