Seguramente lo has obligado a decir “lo siento” más de una vez pero ¿estás segura que conoce el poder detrás de esas palabras? En muchas situaciones, una disculpa inmediata no es el mejor curso de acción: tu hijo puede necesitar tiempo para reflexionar sobre el conflicto y su comportamiento. Deja pasar un tiempo para que procese sus acciones y piense en cómo pudo herir los sentimientos de los demás. Una vez que se haya calmado hablen de cómo se siente y pídele que piense sobre las demás personas que está lastimando. La disculpa no es lo más importante, debes ayudarlo a entender sus acciones.
Al hacerlo debes concentrarte en la empatía y expresarle abiertamente las consecuencias de sus actos. ¿Cómo hirió los sentimientos de otra persona? ¿Cómo se siente con su mal comportamiento? Cuando pueda responder a estas preguntas, es posible que comience a entender el dolor que puede haber causado a los otros.
¿Cómo enseñarle a disculparse?
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- Si hizo algo malo olvídate del regaño y reemplázalo con preguntas para ayudarlo a entender sus emociones. Con esto le estás enseñando que debe asumir la responsabilidad de sus actos y que está bien sentirse enojado, triste o frustrado. Puedes vincular esa acción en el efecto que su comportamiento tuvo sobre la otra persona. “¿Cómo crees que se sintió tu hermano cuando rompiste su tarea?”
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- Dale la oportunidad de hacer una mejor elección la próxima vez que tenga el impulso de decapitar la muñeca de su hermana. Dile “¿Si pudieras, qué harías diferente en esta situación? Dale tiempo para pensar y luego considera las maneras constructivas de manejar lo que siente. Con el juego de roles tu hijo será más propenso a utilizar estas tácticas positivas la próxima vez.
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- Debes centrarte en el lenguaje adecuado para que exprese sus sentimientos. Pídele que explique cómo y por qué se porta mal. Luego ayúdalo a construir las palabras adecuadas para disculparse. Por ejemplo: “Lo siento mucho, tomé tu juguete. Yo quería mi turno, pero me cuesta trabajo esperar. La próxima vez voy a pedirlo antes de tomarlo”.
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Aunque puede ser difícil al principio, invertir tiempo en cambiar el mal comportamiento de tu hijo y su disculpa, dará como resultado un “lo siento” mucho más sincero, y además, tendrá una mayor comprensión de sus acciones, asumiendo la responsabilidad y el desarrollo de la empatía necesaria para aprender de sus errores.