Pasos para que tu hijo sepa actuar ante una crisis
¿Sabes qué hacer ante una crisis? ¿sabes cuáles son los síntomas que se presentan en los niños ante ellas y qué puedes hacer para ayudarlos?
Cuando se vive una crisis, no solamente sufren los directamente afectados; cuando los niños empiezan a escuchar lo que está sucediendo, temen por su propia seguridad y la de sus seres queridos. Además, debido al fácil acceso que hoy en día tenemos a la información, los niños escuchan de lo que está sucediendo en otras partes del mundo; de manera que experimentan un verdadero bombardeo de noticias que les causan angustia y que no están preparados para manejar.
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Ante una crisis como un incendio, una inundación, un huracán o un temblor, tendrán un impacto mayor en algunos niños que en otros. Lo primero que debemos hacer es asegurarnos que no le ha pasado nada «grave» al niño. Pero lo que no nos queda tan claro es que, muchas veces, las necesidades emocionales de los niños se dejan de lado.
Los niños necesitan consuelo, saber que no están solos. Esto lo pueden hacer los padres, otros familiares, amigos de la familia y los maestros. Recuerda también que debes cerciorarte que tú estés bien; no podrás apoyar a los niños hasta que te hayas hecho cargo de tus propias necesidades y sentimientos. Si no te sientes listo para hacerlo, pide ayuda.
Es como dice el aviso de seguridad de los aviones: en caso de una pérdida inesperada de oxígeno, coloca primero una mascarilla sobre tu nariz y boca – sólo entonces podrás ayudar a tus hijos-.
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Es posible que necesites ayuda para hacer frente a sentimientos como la tristeza, la impotencia, el miedo y la ira. Lo primero que debemos tener en cuenta es que las respuestas de los niños ante las crisis representan patrones normales ante situaciones anormales, son intentos de adaptación y varían de acuerdo a diversas razones:
La edad:
Los niños de diferentes edades reaccionan de manera diferente. Como muchos niños aún no son capaces de comunicar verbalmente sus sentimientos, los adultos debemos descifrarlos a través de su comportamiento; por su parte, los niños mayores son, a menudo, capaces de decir cómo se sienten.
La cercanía al evento:
Algunos niños pueden haber vivido el evento más de cerca que otros, y haber experimentado más miedo que otros. Por ejemplo: pueden haber sido evacuados de la zona, haber sido separados de sus familiares (o sus mascotas), haber perdido sus pertenencias o a sus familiares. Cualquiera de estas crisis pueden ser muy angustiantes para los niños.
Cuando toda una comunidad se ve afectada por un desastre, a veces los niños se sienten abrumados por las discusiones de los adultos.
¿De qué manera reaccionan los niños?
- Se preocupan por la seguridad de su familia, de sus mascotas, sus posesiones y su seguridad personal.
- Muestran signos de cansancio y ansiedad.
- Presentan cambios en su conducta – como estar demasiado quietos o llorar frecuentemente.
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Posibles reacciones y cómo puedes ayudar:
- Ansiedad, miedo y preocupación por la seguridad de ellos mismos y de otros.
-Permite a los niños hablar o usar el juego para comunicar sus preocupaciones. Esto les ayuda a dar sentido y a poder empezar a aceptar y asimilar la experiencia.
– Escúchalos y valida sus sentimientos. Estos miedos suelen disminuir en las siguientes semanas.
- Mayor sensibilidad al ruido / a los estímulos relacionados con el evento (por ejemplo: en caso de un incendio – reaccionar ante el fuego, el humo, las sirenas y los ruidos fuertes.
Tú puedes ayudarlos en las crisis si le explicas, por ejemplo, la necesidad del ruido de las sirenas.
Cambios de conducta:
- Disminución de la concentración
- Explosiones de ira
- Retraimiento
- Estar en “estado de alerta” continuo
- Renuencia a alejarse de mamá y papá
- Regresiones – es decir, presentar conductas que corresponden a etapas anteriores del desarrollo – por ejemplo, orinarse en la cama, cuando ya no lo hacía o volverse más dependiente. Esto suele ser un cambio temporal, pero si continúa, busca ayuda.
- Cambios en el apetito y los hábitos alimenticios
- Cambios en los patrones de sueño – pesadillas y terrores nocturnos
Si después de aproximadamente un mes estas conductas no desaparecen o empeoran, consulta a un especialista.