¿Fuiste víctima de abuso sexual y no sabías?
Nadie nos enseña a ser padres… es un hecho. Sin embargo, es fundamental que como padres nos reeduquemos en torno a lo que es la intimidad, sexualidad y la genitalidad, pues nuestras acciones repercuten positiva o negativamente en nuestros hijos.
Para la piscóloga, experta en educación sexual infantil, Nelly Hidalgo, es necesario que entendamos que el abuso sexual infantil es una forma de maltrato hacia el niño o la niña, pues su mente está en desarrollo y no tiene la capacidad de comprender lo que ocurre en su entorno y por qué los adultos actúan de «esa manera».
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El abuso sexual infantil impacta la intimidad del niño, pero también su sexualidad e incluso sus genitales.
¡Nunca tengan sexo en la misma cama!
Los padres, tutores u otros adultos pueden estar haciendo su vida íntima cotidiana sin saber que están dañando a sus hijos. Por ejemplo, en la noche, no es raro que algunos padres tengan sexo en la misma habitación (o incluso cama) que sus hijos.
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«Y a pesar de que crean que los niños duermen o no se dan cuenta, sí lo hacen, pues no es cuestión de edad sino de madurez infantil. Por eso, algunos niños piensan que se están peleando los padres por los sonidos y posiciones del cuerpo. O bien, los niños sienten miedo porque creen que «algo» le pasa a mamá o papá y, en consecuencia, desecandenan miedos o conductas de adversión a la cercanía y al contacto humano. O por el contrario, buscan normalizar los actos de violencia, al pensar que por la noche está bien que «te maltraten», puesto que por la mañana, los padres están como si nada.
¡Alto al abuso sexual normalizado!
La experta Hidalgo refiere que algunos padres y madres, e incluso abuelos y tíos besan a los niños en la boca desde que son muy pequeños, obviamente sin su consentimiento y continuan haciéndolo hasta que el menor es consciente de lo que significa culturalmente un beso. Otras situaciones que son abuso en lo íntimo, en lo sexual y en lo genital:
- Fomentar que el niño se bañe con otros familiares (hermanos, primos, tíos o padres) cuando el menor ya no quiere.
- Pedirque el niño sea vestido o cambiado de ropa por una persona con la que el menor está incómodo, sentimental, asustado o enojado.
- Permitirque un adulto ( familiar o no) toque, abrace o bese a nuestro hijo, aunque el niño o niña no esté incómodo. Se le tiene que enseñar los límites del cuerpo.
- Obligaral niño a abrazar o besar a otros aunque sean familiares, maestros o amigos.
- Besarseo tocarse, de forma erótica o sexual, delante del niño. Así como mostrarle contenido visual (videos, películas o fotografías) inapropiado para el menor.
- Jugarcon los genitales del niño, tocarlo, fotografiarlo en posiciones eróticas e íntimas (en la cama del hospital, en el baño y WC, en la ducha y un largo etcétera).
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¡Ojo con el acoso cibernético!
La entrevistada Hidalgo pide que se protejan a los menores del libre acceso a los contenidos de redes sociales y, en general, del internet. «He atendido casos de niños que fueron objeto de acoso sexual cibernético por parte de adultos que se hacía pasar por niños o adolescentes y que les mandaron fotos de los genitales o de otros contenidos pornográficos «.
También hay que estar muy atentos a los contenidos que ellos descargan u observan en internet, puesto que hay inserciones de escenas porno en caricaturas, videojuegos o videos musicales; que dejan el sonido infantil, pero la imagen no corresponde a un contenido apropiado para los niños.
Es común que los niños estén curiosos, y busquen ellos mismos temas tan variados como: ¿cómo nace un bebé?», «¿qué es un fantasma?», «las casas de terror», «los monstruos o dinosaurios», y lamentablemenre allí se inserten contenidos pornográficos o violentos. «Los nenes que ya saben escribir puden buscar ciertos contenidos que les llamen la atención pero, el buscador entregue resultados explícitos y no educatuvos o formativos.
La prevención es la clave
Por su parte, Gisela Alcántara De León, psicoterapeuta de juego y experta en educación sexual, explica que es necesario reducir los riesgos de abuso frente a los niños. Es decir, no exponerlos a ambientes donde los adultos tengan sexo ni intimidad, tampoco donde exista alcohol o abuso de alguna sustancia, no dejarlos a cargo de muchas personas, al tiempo de hablar claro y directamente de los nombres de las partes del cuerpo ( vulva, vagina, pene, testículos, pecho y nalgas).
«A los niños hay que explicarles siempre de los límites a establecer respecto de su cuerpo, incluyendo los límites que debe tener la propia a la familia, con esto quiero decir que si el niño no se siente cómodo con saludar de beso a alguien o abrazar a alguien sea respetado de otra manera el mensaje será que aunque él no quiera podemos, como adultos, mandar y decidir sobre su cuerpo», indica Alcántara De León.
«Recordemos que los niños son seres sexuales y sí sienten placer. Por ejemplo, si le haces cosquillas o juegas a los abrazos con él o ella, si le haces ‘piojito’, ellos sienten bonito, pero nunca lo verás con una carga sexual, sino algo que los hace felices, pero muchos adultos abusas de esa inocencia», puntualiza Nely Hidalgo, quien recuerda que: se debe respetar la intimidad del niño aunque seas su padre o madre.
«No mandas en todo, el cuerpo de tu hija o hijo no te pertenece. Así que pídele por favor sus deberes y dando las razones del por qué se lo pides. La frase del «porque soy tu padre o madre y yo mando’, ya no aplica, eso se acabó, afirma la psicóloga Hidalgo y recomienda que no se fomente el respeto ni la obediencia ciega.
Crea un ambiente de confianza
Las expertas recomiendan crear, con los hijos, un ambiente de confianza para que el niño sepa que ante cualquier situación puede hablar con los padres, cuando un niño no habla es por qué el ambiente no es seguro. Por ello, el hacerle saber que contará con el apoyo de la familia es fundamental para evitar un abuso o en caso de que ya haya ocurrido se siga perpetuando, pues hay que fortalecer su autoestima.
El apego es fundamental para crear lazos fuerte, seguros y sanos. «Los padres deben instruirse, investigar, tomar cursos en torno a la educación sexual, somos responsables de ayudar a los niños a brindarles herramientas para evitar un abuso y no callar, si somos la primera persona a la que el niño decidió decirle, quiere decir que el niño nos ha elegido para no perpetúar el secreto y el dolor, ¡no los dejemos solos!
Los padres deben reeducarse, y hablar todos los días con los hijos en torno de la intimidad, del cuerpo, de las partes del cuerpo, de los secretos buenos y malos, de la privacidad, del amor, del noviazgo, de la confianza, entre otros temas.
Entre más educado y preparado esté un niño, mejor podrá identificar a las personas o a los momentos de riesgo.