7 heridas de las hijas que no se sienten queridas por su madre
Estas heridas se basan en la teoría del apego, que se dio a conocer por el trabajo de Mary Ainsworth y Mary Main, que explica que si una madre es amorosa con su hija desde que es bebé, la niña crecerá sabiendo que merece ser amada, tener atención y ser escuchada y vista. Por el contrario, una mujer que ha crecido con una madre que no le demostraba amor, esa niña crecerá sumergida en el apego ambivalente, donde la persona crece pensando que su relación con otros no es confiable.
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Recordemos que las primeras relaciones, son las que marcarán las representaciones de nuestra vida adulta. Por lo que las hijas que no se sienten queridas por su madre deberán asistir a terapia para ser estables en el futuro y afrontar la idea de que la única persona que debe amarte sin una condición no lo hace, para no caer en relaciones de maltrato.
Estas son las 7 heridas de las hijas que no se sienten queridas por su madre
1 Se siente poca cosa
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Al haber crecido sintiéndose ignoradas o criticadas, crecerán con ese sentimiento constante de que no son inteligentes, bellas, amorosas o con muchos talentos. Es fácil ver cómo se achican cuando tienen ideas o proyectos nuevos, pero temen decirlos en voz alta porque sienten que todo mundo lo desaprobará, como lo hacía su madre.
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2 Dudan de todos
Son personas que viven en constante miedo de que las relaciones de amistad o de pareja sean un truco planeado para dañarlas. Esto surge de la sensación de que las relaciones son poco confiables porque con su mamá no lo era, entonces su convivencia con los demás estará llenas de altibajos emocionales, incluso obsesión, celos y atracción sexual extrema.
3 Sin límites
Las hijas que no se sienten queridas por su madre suelen tener una gran necesidad de atención de su madre y por lo tanto se vuelven complacientes durante sus relaciones adultas. No saben establecer límites con los otros, para tener relaciones sanas emocionalmente. Muchas no saben decir «no», además de que carecen de amistades con otras mujeres.
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4. No se aprecian
Muchas de estas niñas crecieron en un ambiente donde la desaprobación por parte de sus madres, era un escenario constante; por lo tanto es normal que sean mujeres con pocas ganas de crecer, porque reprimen sus logros y siempre creen que son carentes de valor. Honestamente, cuántas no hemos escuchado frases como: «¿eres tonta o qué?», «si lloras te ves fea»; «sacaste 8, pero pudiste sacar 10». Pues por esto mismo, muchas mujeres aún se sorprenden cuando tienen un éxito o cuando alguien las felicita y se sienten apenadas.
5. A la defensiva
La falta de confianza en sí mismas, de estas hijas que no se sienten queridas por su madre, muchas veces las pone a la defensiva. Sus relaciones básicas fueron poco afectivas, salieron lastimadas y evitarán (de manera inconsciente) volverse a sentir así. En la superficie parece que sí desean una relación, pero en fondo la evitan, actúan así por lo que su comportamiento termina afectando su situación.
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6 Es demasiado sensible
Su estado de ánimo suele ser voluble. En especial son sensibles a los desaires, a las bromas que llegan a confundir con ofensas. Son personas con problemas para controlar sus emociones y tienden a llorar, aparentemente, de la nada.
7 Atraen una relación igual
La pareja que elegimos como mujeres, no sólo tiene que ver con el tipo de papá que tenemos, también con la mamá que nos crío. Las hijas que no se sienten queridas por su madre suelen ser atraídas por parejas que las tratarán igual a su madre; ya que es una relación conocida y por lo tanto cómoda. Terminan asumiendo el mismo rol que con sus madres y repiten el patrón con sus hijos.