1. Leer en familia: Cuando los niños aún no saben leer, los padres juegan el papel de facilitadores, leyéndoles las historias y haciéndoles saber que vale la pena invertir tiempo leyendo. Cuando ya saben leer, puedes acompañarlos a que ahora ellos lean a la familia.
2. Ser constantes: para poder crear el hábito de la lectura en los niños, la constancia es crucial. Todos los días debes dedicar un espacio a la lectura y dependiendo de la edad del niño, asignar la duración de este espacio. Crear un ambiente relajado, agradable y que como padres tener la disposición para leer con ellos también contribuye a que el niño vaya creando el hábito.
De acuerdo al último módulo sobre lectura realizado por el INEGI en Febrero de 2016, el promedio de libros leídos en México es de 3.8 ejemplares al año.
3. Organizarse: la lectura debe acercarse a los niños como algo que vale la pena realizar, no como una obligación. La desorganización puede estar vinculada con la falta de lectura, ya que si el niño no tiene organizado su tiempo posiblemente no se de el momento para dedicar a la lectura lúdica de forma natural.
4. Permitir al niño elegir lo que quiere leer: cuando los niños son pequeños, usualmente los padres son quienes eligen lo que se les leerá. Sin embargo, es importante aprender a reconocer cuando un libro no es del agrado del niño. Puedes sugerir, pero no imponer algún texto para el niño, ya que esto haría de la lectura una obligación. Así mismo si el pequeño quiere leer repetidamente la misma historia, debemos permitírselo ya que la repetición es natural en ellos, de la misma manera que si de pronto ya no quiere leer un libro en particular, debemos permitirle dejarlo de lado y seguir con el siguiente título.
En Finlandia se leen en promedio 47 libros al año, en Islandia 40, Canadá y Suiza leen en promedio 20 libros al año, en Estados Unidos se leen 12, en España y Corea del Sur 10, en China 7, en Argentina 5, en Brasil 4 y en Colombia 2.
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5. Utilizar libros que despierten la imaginación del niño: es importante escoger libros que tengan ilustraciones grandes y coloridas, de temas que le sean atractivos y que permitan al niño imaginar situaciones adicionales a las que se exponen en el texto, así, su imaginación se encenderá, adquirirá conocimientos a través de las historias y su gusto por los libros ira incrementando.
6. Dramatizar los cuentos: para hacer la lectura aún más divertida, podemos dramatizar las historias haciendo voces de acuerdo al personaje que esté hablando en el momento, cambiando nombres de los personajes para hacer al niño partícipe de la historia o si el niño ya conoce la historia bastante bien, pedirle que nos haga una representación de la misma.
7. Dar acceso a los libros visitando librerías, bibliotecas y usando opciones digitales: para poder despertar el gusto en los niños por los libros es de vital importancia que tengan acceso a estos. El visitar librerías, bibliotecas, ferias de libros, eventos de lectura y dando acceso a opciones digitales le hacen saber al niño que hay una gran variedad de libros que puede disfrutar, con lo que difícilmente se aburrirá o perderá el interés por la lectura.
8. Promover el hábito desde edades tempranas: nunca es demasiado temprano para comenzar a leerle a un niño, inclusive se le puede leer a un bebé que aún está en la panza de mamá. Para cuando los bebés cumplen el primer año de vida ya han aprendido todos los sonidos necesarios para hablar su idioma, cuantas más historias se le lean, más expuesto estará a más palabras con lo que tendrá mayor facilidad para hablar.
9. Saber qué leer, dependiendo de la edad del niño: es importante conocer qué tipo de materiales son adecuados para los niños dependiendo de su edad y su etapa lectora. Es importante que en las librerías busquen orientación para saber cuáles son los libros adecuados adecuados para su edad.
10. Hacer de la lectura un juego: la lectura debe ser vista por el niño como una actividad que vale la pena realizar, que es divertida y no se de le debe relacionar con un castigo o con aspectos académicos. Si al niño se le castiga o se le obliga a leer, verá a la lectura como algo aburrido y poco deseable. El hacer de la lectura algo divertido, jugar con los personajes de las historias hará que poco a poco vayan disfrutándola más y creando el hábito de la lectura.
De los 120 millones de mexicanos, solo 5 millones son lectores habituales. Aunado al bajo número de lectores encontramos el reducido número de librerías en el país. Mientras que en Tokio hay 1,675 librerías por cada 100,000 habitantes, en la Ciudad de México tan solo hay 4 librerías por cada 100,000 habitantes. En todo el territorio nacional existen apenas 1,198 librerías, una por cada 93,700 habitantes aproximadamente.