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- ¿Pretendes que te obedezca si ya puede correr, saltar la cuerda y brincar con un solo pie? Quiere decidirlo todo y el más mínimo impedimento puede desatar su furia
- Ya no soporta los barandales de la cuna y prefiere estar en su propio cuarto, aunque haya noches en que tenga pesadillas y corra al tuyo. Pon el nivel más bajo del barandal para evitar accidentes cuando se baje
- Quiere dejar el pañal pero a veces falla
- Pasó de las oraciones de dos palabras a más de tres con uno que otro verbo. Se la pasa opinando de todo. Sabe nombrar las partes del cuerpo y los colores.
- Necesita una explicación por minuto y pregunta el por qué de todo lo que sucede. Superó la etapa del “qué es” por el “por qué, mamá”
- A los 2 años insiste en decir “mío” o “esto es mío”. A los 3 la palabra protagonista es “yo”. Hacia los 4 escucharás “yo quiero” a todas horas
- Cae en mini obsesiones sobre los juegos que prefiere, la ropa que quiere ponerse solo o la comida que no puede ver ni de broma
- Tiene miedos pero aún no comprende el peligro ni lo previene, así que puede aventarse a una alberca sin avisar. Debes estar más atenta que nunca
- Si es niña, parece que prefiere a su papá e imita a su mamá como actriz profesional. Si es niño, quiere ser como papá pero no quiere que nadie se acerque a su madre (“¡Es mía, intruso!”). Esto es una forma de irse separando primero de uno y luego del otro, algo normal en el proceso de hacerse independiente
- Dibuja cada vez mejor con una crayola gruesa: traza un óvalo del que salen cuatro rayitas (brazos, piernas) y quizá ojos y hasta boca… ¡Eres tú!
Si todo le resuelves, le estarás mandando el mensaje “tú no puedes”. Ahora que quiere “comerse al mundo” necesita límites, pero también apoyo para confiar en sí mismo.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.