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- Fiebre alta. Es importante determinar su origen y más cuando ésta supera de forma constante los 39-40º C, ya que generalmente se trata de una infección que debe ser tratada. En niños menores de 4 meses debes buscar atención médica inmediata.
- Dolor de cabeza. Si el dolor es intenso, prolongado o recurrente intenta identificar qué fue lo que lo ocasionó porque puede ser por un cuadro infeccioso (entre ellos meningitis o encefalitis) tensión, estrés emocional y golpes. De no atenderlo podría tener problemas como un tumor cerebral o migraña.
Te interesa: Las 4 enfermedades más peligrosas en niños - Erupciones cutáneas: Son comunes en niños y acompañan muchos cuadros infecciosos, la mayoría no representan riesgo pero si no desaparece puede ser síntoma de una enfermedad potencialmente grave como la infección por meningococo y las púrpuras causadas por enfermedades autoinmunes.
- Lunares inusuales. Pon especial atención en las manchas “múltiples” de color oscuro, claro o rojizo, ya que pueden indicar enfermedades en diversos órganos. Podría afectar su sistema nervioso central y tubo digestivo. Los lunares oscuros pueden evolucionar eventualmente a formas de cáncer.
- Dolor abdominal. Rara vez es un problema grave. Sin embargo los dolores intensos pueden indicar un problema serio que requerirá tratamiento. Algunas causas son la torsión intestinal, apendicitis o perforación intestinal. Si está acompañado de fiebre debes llevarlo al médico para descartar causas de mayor riesgo.
- Fiebre que dura más de 3 días: La mayoría de los cuadros febriles infecciosos suelen durar menos de 3 días, si se prolonga por más tiempo, se debe investigar su causa, ya que puede indicar un foco infeccioso no detectado.
- Vómito. Cuando se acompaña de diarrea implica riesgo de deshidratación al impedir rehidratar adecuadamente al niño por vía oral. Si el vómito se presenta posterior a un traumatismo de cráneo también puede ser dato de hipertensión endocraneana.
Te interesa: 11 cosas que no pueden faltar en tu botiquín - Labios azules. La cianosis o coloración azulada de la piel es relativamente común en niños, se puede presentar con llanto y frío, pero implica gran riesgo cuando se acompaña de un problema respiratorio ya que indica que es incapaz de lograr una oxigenación adecuada, también puede indicar una posible enfermedad cardiaca.
- Sangrado excesivo. Rara vez implica mayor riesgo, pero cualquier sangrado que sea prolongado o recurrente puede significar anemia, choque por perdida de volumen y también puede ser un dato indirecto de problemas de coagulación o leucemia.
- Dificultad respiratoria. Algo que jamás debes pasar por alto ya que puede ser causado por una crisis asmática, una neumonía y cualquier problema relacionado al sistema respiratorio. En caso de que no pueda respirar llama al servicio de emergencias o llévalo al hospital.
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