No se saben las razones exactas de este comportamiento, pero está asociado a momentos de estrés que pueden desencadenarse por circunstancias como conflictos familiares, separación de los padres, la llegada de un hermano o una mudanza, ante las cuales liberará tensión y logrará una sensación de alivio con dicha acción.
¿Dejará de hacerlo?
Si sucede antes de entrar a la primaria, el pronóstico es muy favorable, ya que en la mayoría de los casos desaparece después de 12 meses sin necesidad de tratamiento médico o bien al incrementar los periodos de socialización.
Sin embargo, durante la adolescencia se clasifica como un padecimiento crónico relacionado con ansiedad o depresión, que quizá traiga complicaciones mayores, por lo que la atención especializada es indispensable.
Cómo ayudarlo
- Busca apoyo. Consulta a un especialista, él definirá la gravedad del problema y determinará si es necesario acudir a terapia psicológica
- Distráelo. Encuentra alguna actividad que le guste y con la que exprese sus emociones, por ejemplo dibujar
Recuerda que no debes regañarlo ni castigarlo por hacerlo, pues sólo lo estresarás más. Si consideras necesario pedir ayuda, no dejes de hacerlo.
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