Es decir, hay que mostrarle a los hijos que vale más el esfuerzo que hicieron a pesar de haber perdido, porque siempre habrá otro oportunidad de participar en otra contienda.
Gestionar las emociones
“Es natural sentir tristeza, enojo, frustración e ira cuando se pierde alguna competencia deportiva o cultural, e incluso cuando se pierde un juguete o la oportunidad de ir al cine con los amigos, pero todas esas emociones hay que saberlas gestionar para evitar generar un conflicto ya sea interno o externo”, explica Lourdes Mejía Trejo, doctora en innovación educativa de Centro Universitario de Ciencias e Investigación, creadora del Espacio Sé Amable.
A partir de los primeros 12 meses de vida y hasta los cuatro años, es normal el llanto, el berrinche, el enojo e incluso la ira al perder. Sin embargo, esos momentos son ideales para ayudar a los hijos a gestionar su frustración ante la derrota, practica estas frases:
1. Sé que estás enojado, yo también lo estoy. ¡Vamos a respirar juntos!
2. Entiendo que esto es doloroso y frustrante. ¡Pero tu esfuerzo fue increíble, lo hiciste perfecto para mi!
3. En esta ocasión no ganaste, pero hay que prepararse mejor para la siguiente competencia.
4. ¡Venga dame un abrazo! ¡Aquí estoy para que hablemos de la derrota!
5. ¡Salgamos a caminar! ¡Dibujemos lo que sientes! ¡Toma agua y respira conmigo!
Prepáralo para la derrota
“A fin de que los niños vayan comprendiendo que no hay derrotas buenas ni malas, sino que todo depende de cómo se tomen, hay que prepararlos con los juegos”, explica Mejía Trejo y recomienda:
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– Los juegos de mesas son ideales, adquiere algunos de acuerdo a la edad y capacidad de tus críos. Practiquen en casa, con amigos, en las vacaciones, por la tarde y muéstrale que no pasa nada cuando se pierde.
– Haz equipos en casa o con los amigos y jueguen deportes sencillos. Asegúrate que todos los equipos pierdan y después pueden conversar de la derrota y de cómo se sintieron.
– Hagan dibujos y cartas de cómo se sienten cuando pierden. Compartan, en familia ese sentir.
– Enséñalos con tu ejemplo. Es importante que te vean perder y muéstrales que sabes controlar tu propio enojo o tristeza.
– Enfatiza lo bueno que tiene tu crío y reconoce su esfuerzo aunque haya perdido. Indícale que habrá más oportunidad para ganar.
– Ayúdalo a practicar más y mejorar, no esperes que tu hijo gane si no se esfuerza ni practica.
Lo que nunca debes hacer cuando un niño pierde
Si bien, pocos son los padres, maestros y adultos que enseñan a sus hijos a perder sin generar conflicto es importante que evites:
-Burlarte de la derrota de tus hijos, así como de la derrota de otros, incluyendo aquellos juegos y competencias deportivas transmitidas por televisión, radio o redes sociales.
-No culpes a otros por su derrota. Porque con ello alimentas la falta de responsabilidad de tu propio hijo. Sin embargo, si consideras que debió ganar y el juego está amañado, pide amablemente que se revise nuevamente la participación de tu hijo.
-Evita regañarlo, dañar su imagen o autoestima. ¡Por el contrario, dile todo lo que lo amas y que tu amor no cambia cuando él o ella pierda!
– Jamás te derrotes junto con tu crío. Es decir, prepárense mejor para la siguiente competencia y ayúdalo a mejorar.
-Hacerlo ganar por la fuerza. Tu hijo debe aprender que él muchas veces no será el campeón y eso no le resta valía.
Perder es parte del crecimiento
“Es importante enseñarle a los niños que perder es parte de la vida, de su crecimiento. Que su esfuerzo a veces no será reconocido con el triunfo, pero sí le rendirá frutos para su futuro. Porque a pesar del dolor de la derrota, él es que que ganó porque se preparó, luchó por un lugar, tuvo la fuerza para entrar a una competencia y trabajó para ser mejor para él mismo, no para los demás”, precisa la experta.
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