Es común en los niños de entre 3 y 12 años de edad. Se cree que aparecen por falta de higiene pero no es así: su contagio se da en lugares cerrados y con mucha gente. De hecho, algunos dermatólogos indican que prefieren el cabello limpio y largo, de ahí que sean más frecuentes en niñas.
Síntomas
Entre los principales están: cosquilleo, picazón, irritación, enrojecimiento o formación de costras en el cuero cabelludo. Ante cualquiera de ellos examínalo con detenimiento, en especial la nuca y detrás de las orejas para asegurarte de que no hay presencia de éstos o de sus huevos (liendres) que son de color gris y parecen caspa.
Tratamiento
Existen shampoos, lociones y cremas. Aunque algunos se venden sin receta médica, lo ideal es preguntarle a su pediatra cuál es el más conveniente y cómo debe emplearse. Si no funciona, es posible que deba prescribirle algún medicamento de administración oral.
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Si tiene dos años o menos hay que extraerlos de forma manual. Aplícale acondicionador y péinalo con el pelo mojado tres o cuatro veces por dos semanas hasta que ya no quede ninguno.
Cómo prevenirlos
Aconsejale que:
- Evite el contacto cabeza-cabeza con sus compañeros
- No comparta artículos como peines, gorros, bufandas y algunos otros de uso o aseo personal
Si ha sido contagiado, lava toda su ropa u objetos. Lo mejor es hervirlos, después guardarlos herméticamente en bolsas y por último aspirarlos. Además da aviso en su escuela para que revisen si no hay más casos y sobre todo transmítele confianza para que sepa que se trata de un problema con solución.