fbpx

El mal del siglo: la impaciencia en niños

«Mamá, mamá, mamá, mamáaaaaaaa…¿me compras esto? ¡Lo necesito!», ¿has escuchado esto?

Hay un SINNÚMERO de cosas por las que, seguro, tu hijo pierde la paciencia. Cuando no le compras lo que quiere en el supermercado, cuando las cosas no salen como quiere o cuando no le prestas el celular cuando lo «necesita».

¿Se han dado cuenta que les resulta casi imposible esperar más de medio minuto? Y ni hablar de la tablet o el celular, a veces prácticamente lo arrebatan para poder utilizarla.

 

¡No teman!

 

Nosotras las momz siempre estamos en todo y como no queremos kidzillos en su mood godzilla, hablamos con las doctora en neurociencias, Erika Proal y la psicóloga Regina Ojeda, fundadoras de la clínica multidisciplinaria Neuroingenia para que nos explicaran el por qué de la poca tolerancia a la frustración, qué tanta culpa tiene la tecnología y cómo lidiar con esta nueva generación que es más impaciente que nunca.

 



Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.

Antes que nada, ¿qué es Neuroingenia?

 

Neuroingenia es un centro en el que se trabaja en general la salud mental, desde distintas perspectivas: psicológico, familiar, neuropsicológico, de aprendizaje, problemas neurológicos e incluso de lenguaje. Cuenta con un grupo de especialistas ámbito que realiza evaluaciones o tratamiento de acuerdo a las necesidades de sus pacientes.

“Nos enfocamos mucho cómo están las generaciones actuales, cómo están viviendo ellos su entorno porque claro están viviendo un momento diferente al que nosotros vivimos” explicó la Dra. Erika Proal.

“Cuando llegan con nosotros siempre hay que hacer un primera entrevista para observar qué es y de dónde viene el problema. Dependiendo el caso, se pasan por las diferentes áreas, en el diagnóstico integramos los resultados de los especialistas y dependiendo de lo que salga ahí, los canalizamos. Hay desde cuestiones neurológicas y psiquiátricas, pero también cuestiones emocionales.”

La tecnología: ¿la villana de la historia?

 

Este término es algo que muchos vemos que va de la mano con la desesperación de la inmediatez de nuestros chamacos, pero, ¿por qué?

“Cuando éramos chicas y llegábamos a las escuela, teníamos que buscar en la enciclopedia, qué tomo era para hacer algún trabajo; en cambio ahora es mucho más rápido. Si no anotaste la tarea, tu mamá bien buena onda la pide en el chat y no te hace responsable. También teníamos que esperar el capítulo nuevo, ahora puedes ver la serie completa en Netflix“.

Eso ha generado que queramos las cosas rápido en el momento que nosotros queramos. Tampoco está mal, pero ha contribuido a que las generaciones actuales interpreten todo de una forma muy diferente” dijo la psicóloga Regina Ojeda.

Las especialistas también comentaron que están aumentando los casos de adolescentes con dificultades para relacionarse, porque no saben identificar lo que está sintiendo verdaderamente su amiga o si realmente le gusta al chavo por falta de contacto real.

“Antes demostrabas todo con lenguaje corporal y hoy en día no sabes qué está sintiendo el otro. Además cuando ya se tienen que enfrentar uno a uno, el rechazo les duele muchísimo porque no han aprendido a lidiar con eso. Si habláramos de ondas cerebrales, la tecnología tiene un impacto de emoción, de adrenalina y de enganche lo que está haciendo que el circuito frontal no se desarrolle adecuadamente porque todo se lo damos rápido” agregó Proal.

Regina dijo que hay que preocuparse si tu niño “asocia divertirse principalmente a ver la tele, usar el iPad, videos o redes sociales. Además de mostrar gran impaciencia por tener el iPad para poder ver la película, esa es la primera señal que indica que ya pasó el límite adecuado.”

Pero Erika afirma que no todo es malo. “Generalmente lo que hace a nivel cerebral tener más a la mano la tecnología para contactarnos con otros es que nos hace más fácil el multitasking. Por ejemplo, los adultos en trabajos debemos hacer muchas cosas al mismo tiempo. Estas generaciones tienen mucha más habilidad para poder hacer esto.”

 

Y entonces, ¿cómo le hacemos?

 

Para terminar este artículo queremos compartirte algunos de los tips que nos recomendaron Erika y Regina para mejorar la tolerancia a la frustración de nuestros hijos:

  • Enséñale que está bien sentir frustración, que es normal si ahora no puede tener algo.
  • Enséñalo a buscar información en libros o que hagan entrevistas a personas, les ayudará a escuchar al otro, saber qué está opinando.
  • Dale un tiempo definido para el uso de aparatos tecnológicos, una hora es suficiente. Conforme crezca puedes aumentar el tiempo o darle a elegir entre tele o tablet para regularlo.
  • Actividades deportivas, artísticas o de lectura, de preferencia en grupo para que interactúe, ayudan mucho.
  • Pon límites. No le des todo de inmediato, él también debe colaborar para obtener lo que desea. Debe entender que no todo saldrá siempre como él quiere, de lo contrario será impaciente al no saber lidiar con esa frustración que es natural.
  • Enseñarle a que se responsabilice de sus acciones, sin culpar a nadie más.

Comparte esta nota

Más sobre este tema

Qué te pareció esta nota

0 / 5. 0

TAGS: