Aproximadamente 4% de los niños presentan trastornos de ansiedad por separación; 4% de los menores de seis años sufren de fobia escolar, mientras que 3% de los adolescentes han sido diagnosticados en Reino Unido con este trastorno
- Si tu hijo no fue a la guardería, no está acostumbrado a la separación. Así, lo más recomendable es que al principio lo lleves al kínder sólo por algunas horas y poco a poco aumentes el tiempo
- No olvides que antes de que asista a la escuela debes de ayudarlo a que adapte sus horarios de sueño: acuéstalo y levántalo más temprano
- Siempre demuestra confianza y seguridad cuando le expliques que pronto va a entrar al kínder, o bien, mientras van camino a la escuela por la mañana; recuerda que eres una figura de referencia
- En ocasiones, las crisis de llanto disminuyen cuando el padre u otro familiar lleva al niño a la escuela en lugar de la madre
- Una buena idea es que el menor cargue con algún objeto familiar –por ejemplo un juguete– que lo vincule con su hogar
- El niño debe entender que se queda en un lugar seguro. Si llora, quizá tengas la tentación de “irte sin que te vea”. ¡No lo hagas! Siempre despídete aunque llore, pero tampoco prolongues las despedidas
- Procura relacionar la escuela con el hogar: que realice actividades típicamente escolares como pintar, cantar o pegar en casa, con el fin de que entienda que un espacio es tan agradable como otro