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El apego infantil se define como una relación afectiva entre un menor de edad y su principal cuidador que, de forma general, es la madre y el padre, así como también pueden ser los abuelos o algún tío.Entonces, el apego infantil no sólo es una conexión amorosa sino que también afecta el desarrollo social y emocional de los niños y niñas.
¿Para qué sirve el apego infantil?
Cualquier tipo de apego contribuye a consolidar diversos aprendizajes en el ámbito socio-emocional de los menores de edad. Así, las lecciones que se aprenden durante el apego no sólo se ejecutan durante la primera infancia, sino que perdurarán durante la adolescencia, juventud y madurez de la persona.
Con el apego infantil los niños y niñas aprenden a vincularse, o no, con los otros. Por ello, si el apego se establece con relaciones conflictivas, problemáticas e irrespetuosas, los niños no tendrán los elementos para desarrollarse de forma afectiva y efectiva en su entorno, incluyendo el escolar y académico.
¿Qué pasa con las calificaciones?
Cuando un niño tiene un apego sano con sus cuidadores, se podrá desarrollar del mismo modo con él mismo, sus compañeros, sus hermanos y otros familiares, sus maestros, su mascota y, por supuesto, con el resto de su entorno.
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Los niños no tiene claridad de la importancia del vínculo infantil. Sin embargo, se sentirán bien en su escuela si en casa todo marcha bien. “Un niño se siente confiado, seguro y contento de aprender, así como también durante una exposición escolar o frente a un examen”, precisa la psicóloga familiar, Maricela Fonseca Analco.
La personalidad de un niño que tiene un apego infantil sano se nota en el salón de clases porque sabe que puede salir de casa para ser exitoso, pero cuando regrese al hogar tendrá un refugio seguro que lo ayudará a superar cualquier obstáculo.
Si a un niño le dicen que no sabe estudiar, lo regañan cuando falla en clase y lo castigan o golpean, no podrá aprender
3 formas para fortalecer el apego infantil
1.- Todos los padres aprenden, progresivamente, a fortalecer las relaciones afectivas con sus hijos. En especial, cuando los progenitores no tuvieron apegos infantiles sanos y, por tanto, no saben cómo hacerlo bien.
No obstante y a pesar de los errores que los padres pudieran cometer, siempre es posible hacer ajustes para fortalecer el apego infantil. Sigue estos consejos:
2.- Brinda atención sensible y adecuada a cada uno de los hijos. El tiempo no tiene que ser de 24 horas al día sino dale tiempo de calidad.
Fortalece su autonomía para explorar, no lo tengas siempre controlado o vigilado. A medida que crece fomenta una independencia segura de ti.
3.-Dile todos los días lo mucho que lo amas, lo respetas, lo apoyas y lo admiras. Fomenta su autoestima. Pero cuando el hijo o hija se equivoque dile que la acción que cometió no fue la adecuada y ponle una consecuencia, recuerda separar el ser del hacer,
Por ejemplo: “tu mentira me ha decepcionado; sé que eres un ser honesto. ¡No me vuelvas a tratar de engañar!”.
