Hacer un berrinche, una rabieta o enfadarse es común y esperado en niños de entre uno a tres años, debido a que durante “esas edades, aún no se tiene el lenguaje, la madurez y la comprensión para explicarle al adulto que ‘algo’ pasa y, en consecuencia, no sabe cómo controlarlo y llega la frustración y la ira”, explica Lourdes Mejía Trejo, doctora en innovación educativa y especialista en habilidades socioemocionales.
¿Qué es un berrinche?
Los berrinches pueden contener solo llanto, pero algunos pequeños lo acompañan con gritos, pataletas, se tiran al suelo y mucho más. Y para algunos padres, maestros o cuidadores esta situación suele ser muy preocupante, los sobrepasa e incluso pueden llegar a agredir a los niños.
“Cuando un adulto está con un niño que hace in berrinche debe acompañarlo, nunca ignorarlo ni reaccionar con violencia a él. Imagina que tú como adulto estés teniendo un mal día y tengas enojo, pero llega otro adulto y te golpee por tu enojo o por tu tristeza. Pues lo mismo pasa con los niños de entre uno a tres años” precisa la entrevistada.
¿Qué denota un berrinche?
No existen tipos de berrinches, explica Mejía Trejo, sino potencializadores de ellos y los expertos lo clasifican en cinco:
1.Berrinche para llamar la atención: Desde recién nacido un niño llora para sobrevivir y que lo alimenten, le cambien el pañal o lo cobijen porque tiene frío. El pequeño no sabe comunicarse de otra manera. Por eso sigue llorando hasta los 3 años porque así llama la atención de sus cuidadores. Sin embargo al paso de los meses, el niño aprenderá otras formas de comunicarse y dejará el berrinche.
2. Berrinche a fin de conseguir algo: Esta es otra forma de conseguir lo que busca: comida, juguetes, atención, abrazos y mucho más. Algunos padres ceden fácilmente al berrinche para conseguir algo desde una infancia muy temprana y al paso de los años será complicado evitar este tipo de berrinches.
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3. Berrinche para evitar algo: Algunos niños mayores de 3 años lloran porque no quieren lavarse la boca, irse a la cama a tiempo, hacer la tarea y demás. Lo recomendable es hacerles una rutina con los horarios para que sepan lo que deben hacer a determinada hora.
4. Berrinche por cansancio: Si bien al paso de los meses los niños comienzan a comunicarse de diversas formas, algunos pequeños no saben qué les pasa y lloran porque no saben distinguir entre cansancio, hambre, tristeza, preocupación o ansiedad.
5. Rabietas por frustración: Es verdad, los niños también se enojan (y es válido y genuino hacerlo). Entonces la ira se apodera de ellos y pueden perder el control. Lo ideal es ayudarlos a gestionar sus emociones.
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Los berrinches ocurren por el tipo de crianza
Cuando a un niño se le ayuda, desde edades tempranas a conocer, entender y gestionar sus emociones, entonces será fácil que no hagan berrinches de ningún tipo. “Lo recomendable es que desde la infancia temprana se le ayude al pequeño a saber que las emociones no son malas ni buenas, son simplemente emociones y que puede controlarlas a fin de tener una sana relación con ellas y con las personas”, precisa la doctora Mejía Trejo.
Si una familia se enoja y pelea con frecuencia, es de esperarse que los hijos hagan lo mismo. En contraste, si una familia habla de las emociones, sabe autorregularse y fomenta el dialogo abierto y respetuoso, entonces los hijos harán lo mismo.
“Los berrinches se superan o se exacerban por el tipo de crianza, por eso, es importante que los padres, maestros y cuidadores de niños sepan cómo manejarlos”, puntualiza la experta.
3 razones por las que no debes ignorar a un berrinche
Ignorar a un niño no es una solución a ninguna edad, lo que se debe hacer es acompañar a tu hijo para que los supere. Sin embargo, si insistes en ignorar un berrinche estas serán las consecuencias:
1.Los berrinches serán más constantes, complicados e incluso violentos. Porque el crío se sentirá ignorado y gritará y llorará más hasta que le hagan caso.
2. Los berrinches ocurrirán en cualquier entorno: casa, escuela, calle y demás, debido a que el niño no está regulado y no distingue entre lugares públicos y privados.
3. El niño crecerá y no será capaz de autorregularse, explotará fácilmente y tal vez ya no llore por un juguete sino por celular, una fiesta o cualquier otro deseo.
5 formas de manejar un berrinche
Lo más importante es fomentar el diálogo con tu hijo, no importa la edad que tenga, tienes que hablar con él. Recuerda que entre más pequeño sea tu hijo menor número de palabras deberás utilizar para que llegue el mensaje claramente.
1.Respira profundamente durante 5 veces seguidas. ¡No pierdas el control!
2. Abraza a tu hijo firme pero suavemente y dile que lo entiendes.
3. Usa un tono de voz tranquilo y ponte a su altura para que el diálogo sea más certero.
4. Dale un mensaje claro: “Sé que quieres ese juguete/helado/ver la película, yo también lo quiero. Pero en este momento no es posible porque” (explicas la situación). Y cierras tu mensaje: “yo también estoy enojada, pero respiremos juntos y sintámonos mejor”.
5. Evita los castigos, regaños, nalgadas y cualquier otra reprimenda. “No apagues el fuego con gasolina”, mantén la tranquilidad porque el adulto eres tú.
6. Si los berrinches son constantes, frecuentes y tu hijo ya tiene más de 3 años de edad, pide ayuda profesional.