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El origen de este tipo de cuestionamientos, muchas veces, suele venir de lo que la sociedad plantea para la mayoría de las mujeres. Que su prioridad tiene que ser siempre primero los hijos, el esposo, y la limpieza de la casa. Ya hasta el Chicharito lo dijo, que uno de los roles primordiales de las mujeres debería de ser el tener un hogar limpio.
¿Pero qué tanto de esto es compatible con los sueños o aspiraciones profesionales de las mujeres?
El hecho de que acabes de ser mamá o que tengas hijos pequeños no quiere decir que tienes que renunciar a tus metas profesionales. Quizás sí vas a tener que elegir muy bien cómo repartir tu tiempo y, seguramente, vas a tener que renunciar a pasar todo el tiempo pegada a tu hijo. Pero pensar que el rol de una mujer es excluyente: o eliges ser mamá o eliges ser profesionista, es como quien piensa que un artista solo es bueno en una cosa: o cantando o actuando.
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Entonces, si hoy tu te estás cuestionando sobre la compatibilidad de tu rol de madre con el de líder de una empresa, de un equipo, de un área, esto es para ti.

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3 señales de que estás lista para dar ese paso buscado el liderazgo profesional
- Tienes total claridad prioridad sobre tus prioridades. Ser mamá te obliga a redireccionar tu energía de una forma muy estratégica, y eso es una habilidad clave de cualquier líder.
- Tomar decisiones bajo presión ya es parte de tu día a día y aún así abrazas la imperfección del caos. Ser mamá te enseñó que no siempre va a ser todo perfecto ni mucho menos como lo esperabas, pero ya estás en paz con esto. Entiendes que una de los grandes aliados de la cotidianeidad es soltar el control buscando que las cosas salgan lo mejor posible. Más bien aprendiste a adaptarte al momento y reaccionar con base en lo que este requiera de ti.
- Desarrollaste una escucha activa y empatía que te sirve para hablarle a cada persona en su idioma, dándole lo que necesitan para así sacar su mejor versión, por mucho que esto suene a cliché, es una realidad que la única gran labor de un jefe es sacar lo mejor de cada integrante del equipo y dejarlo que actúe haciendo lo que cada quien sabe hacer mejor. Pero esto solo es posible, luego de que la maternidad te ha ayudado a desarrollar esa habilidad clave para saber leer a cada persona.
No pretendamos que ser madre y profesionista no implica ningún reto, porque claro que es uno de los mayores retos. Sobre todo cuando los hijos son pequeños. Sin embargo, si sabes usar bien esas nuevas habilidades como madre, dentro de un contexto corporativo, no cabe duda que tienes las de ganar.