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Mientras el rol del hombre era principalmente el de ser proveedor, el rol de la mujer era el de cuidar el hogar, los hijos y hasta al marido…
Hoy nos encontramos ante dos realidades muy potentes:
- Ya no alcanza con un solo sueldo
- El rol de las mujeres ya no es solamente vigilar que las labores domésticas se realicen bien.
Esto se debe principalmente a dos factores: primero: (léase la primera realidad) y segundo: la ambición de las mujeres está puesta en fronteras mucho más lejanas que las de “solamente” atender al hogar.
Las mujeres están cada vez más presentes dentro de estructuras corporativas donde ya no son solamente la figura que acompaña o asiste a los altos directivos. Porque hoy, las mujeres también ocupan esos cargos directivos.
Las mujeres profesionistas actuales han sabido abrirse el camino en mundos corporativos, principalmente masculinos, y esto gracias a sus resultados, a su visión y a su liderazgo, pues está comprobado (incluso hay varios estudios que hablan de esto) que una empresa dirigida por una mujer tiende a hacer uso mucho más eficiente de los recursos, alcanzar sus resultados de una forma más sostenida, entre muchos otros beneficios.
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Todo esto suena increíble, el sueño, ¿no? Pero como todo gran cambio, siempre viene acompañado de una crisis y en este caso es la que se está dando dentro de las parejas donde el sueldo de la mujer es considerablemente mayor que el del hombre.
Pasa que el posicionamiento de las mujeres a nivel corporativo, social y hasta político se ha dado de forma bastante acelerado, (para muestra un botón teniendo en México actualmente a la primera presidenta mujer), Pero no ha dado tiempo a que la cultura social en LATAM acompañe esta transición, dando como resultado egos de hombres heridos a causa de que su mujer gane más que él.
¿Tu sueldo le pesa? Lo que pasa cuando una mujer gana más que su pareja
Si actualmente esta es tu situación aquí te van 3 pequeñas recomendaciones sobre como abordar esta situación:
- Habla claro con tu pareja sobre el tema del dinero, en un espacio de respeto y empatía donde puedan hablar sobre las finanzas sin culpa ni crítica.
- Establezcan objetivos de pareja compartidos, donde se entienda que el dinero es un medio, no un fin.
- Recuerden lo que los une. Las parejas que se mantienen unidas no son aquellas que no tienen crisis o donde todo se mantiene estático sin cambios, sino las que saben adaptarse a las nuevas versiones de cada uno.