Quizás al principio creías que tu relación no iba tan en serio o no estabas buscando comprometerte y de pronto, cuando te diste cuenta, ya te estabas preguntando qué hacer para llevarte bien con los hijos de tu pareja. Toma en cuenta estos tips:
Casi nadie se imagina que un día podría terminar siendo padrastro o madrastra de un niño y, sin embargo, cada día los hogares reconstituidos son más comunes, llegando a formar el 22% de los hogares en México y el 30% en el mundo. Así que no te preocupes, no estás solo en esto. Hay miles de personas que como tú se sienten incomodísimas bajo la etiqueta de padrastro o madrastra (gracias por eso, cuentos de hadas) y quieren convertirse en buenos amigos y guías de los hijos de sus parejas.
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1. Conoce tu papel y tus límites: Antes que nada, es indispensable que discutas con tu pareja cuáles van a ser tus prerrogativas y tus limitaciones como padrastro o madrastra. Es decir, qué tanto te vas a involucrar en la educación y formación de los hijos de tu pareja. Hay quienes dan carta abierta sobre regaños y reglas y quienes prefieren que al principio la pareja tenga una participación más moderada.
2. Ten paciencia: Lo peor que puedes hacer es que en el intento de llevarte bien con los hijos de tu pareja todo se torne difícil. No intentes ganártelo con regalos o siendo permisivo. Por ahora no eres más que un extraño dentro de su familia que ha llegado a modificar su rutina y quizá no te reciba de muy buena gana. No lo presiones. Permítele que se vaya adaptando a tu presencia en su vida poco a poco. Hazle saber que siempre estás dispuesto a jugar, platicar o ayudarle con lo que necesite, pero deja que sea él quien te busque.
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3. Construye una relación aparte: Tu relación con los hijos de tu pareja es absolutamente independiente de la amorosa. No tienes que ver a los niños como un apéndice que viene con el paquete o una condición que debes aceptar, sino un ser humano emocionalmente autónomo que merece ser tratado como tal. Intenta establecer un vínculo entre ustedes que no esté mediado por tu pareja. ¿Cómo? Esfuérzate por conocerlo realmente y pasar tiempo de calidad con él, por ejemplo, encuentra una actividad que ambos disfruten (cocinar, jugar videojuegos, ver una serie) y háganla juntos, solos.
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4. No compitas: Tu hijastro(a) tiene otra familia y un padre o madre biológica con quien le une un vínculo irrompible que jamás podrás suplantar. La buena noticia es que no se trata de eso. Tu labor no es ocupar un lugar vacío en la vida de tu hijastro, sino hacerte de un lugar que sea solamente tuyo. Si intentas competir solamente conseguirás frustrarte y hacerlo sentir culpable o presionado a la larga. No intentes disputarte su cariño sino hacerle saber que es un niño muy afortunado por tener más de una figura paterna o materna que lo ama y apoya.
5. Conviértete en un ejemplo: Quieras o no, ahora representas una figura de autoridad y eres el modelo a seguir de un niño o niña. No se trata sólo de llevarte bien con los hijos de tu pareja, ya que te verá como un ejemplo a seguir y todo lo que hagas será aprendido y reproducido (y muy probablemente echado en cara) en el futuro. ¡Es tu oportunidad de hacer una verdadera diferencia en el mundo y en la vida de alguien más. Conviértete en la mejor versión de ti mismo. Tú puedes!