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¿Se han preguntado qué tanto porno en dibujos animados hay hoy en día? La palabra en sí misma puede ponernos los pelos de punta a quienes somos padres, porque claramente y a toda costa quisiéramos evitar que nuestros hijos se vean expuestos a cualquier forma de pornografía durante su infancia, por alguna extraña razón, creemos que durante la adolescencia es mas aceptable, pero no lo es.Y es que justo en ese preciso y precioso momento en el que están construyendo y quizá definiendo su identidad y sus preferencias en todo sentido, es la etapa de aprender experimentando, el tiempo de ensayo y error hasta que se moldea la persona adulta y hoy los niños y los adolescentes tienen al alcance referentes que los confunden mas y mas.
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La palabra “pornografía” se define actualmente como la exhibición de material auditivo, visual y/o táctil de contenido sexual explícito que busca excitar a su receptor y que, por cierto; ha evolucionado a formas que no se limitan a material impreso en revistas y videos de personas (si eso es lo que tenían en mente).
Hoy, como todo lo que nos rodea, el porno en dibujos animados ha evolucionado y se ha infiltrado cada vez mas en personas de menor edad: adolescentes y niños cada vez más jóvenes. El contenido porno es gráfico, causa adicción y daña la autoimagen o la autopercepción de las personas. Por donde lo veas, hace daño.
Cuando somos padres de niños pequeños creemos que para los temas de niños mayores faltan siglos y caemos en el error de no prepararnos de manera adecuada y es una realidad que no podemos proteger a nuestros hijos de los peligros, si no conocemos los peligros.
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El problema real no es el uso de pantallas, sino lo que los niños ven a través de ellas, que ahora son: su ventana al mundo. No se puede tapar el sol con un dedo y niños y adolescente hoy están teniendo acceso y compartiendo pornografía e incluso cosas que parecen sencillas como el porno en dibujos animados y a veces ni siquiera tienen la consciencia de hacerlo porque el intercambio de información se ha vuelto mas inmediato y sencillo que nunca.
Con esto no quiero decir que los chicos busquen activamente el porno, sino que a veces llega a ellos de manera involuntaria y esto, tenemos que saberlo: es una forma de violencia a la infancia y supone una práctica de riesgo para su desarrollo y bienestar.
Como en todas las épocas, hay contenidos y temas que se ponen de moda y que los niños quieren ver o tener, y esto es para tener cuidado, sobre todo cuando los críos empiezan a crecer y a despegarse de nosotros.
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Aunque aún no sean estrictamente adolescentes, están expuestos a ver nuevos contenidos por curiosidad o porque alguien se los sugiere y les cuento… sin perder de vista que para el niño es difícil separar el mundo real del virtual y aquí reside el peligro: en la confianza de creer que hay situaciones inofensivas.
Hoy es a través de videojuegos, dibujos animados, textos y videos (por decir lo menos), los medios en los que los niños y adolescentes ven porno en dibujos animados la primera vez… esto sumado al sexting, grooming, envío y recepción de gifs, memes, enlaces y por eso; mas allá de la (a veces inútil), prohibición, corresponde construir valores familiares y un sentido crítico en nuestros hijos para que, llegado el momento, sepan identificar la situación de riesgo y acudan a nosotros con confianza.
Aquí cabe enseñar a nuestros hijos la importancia de la privacidad, del amor propio, del auto cuidado. Enseñarlos a proteger y a amar su cuerpo y a respetar el de los demás.
Hablar explícitamente (de acuerdo a la edad) de lo que significa el consentimiento, y de que cuando no se otorga y la respuesta era “no”, el resultado son situaciones de abuso o de violencia que son incorrectas y que causan daño.
Hay que dar una educación afectiva-sexual y no solo sexual. Esto es conectar las emociones con la sexualidad porque es urgente que los niños puedan distinguir situaciones abusivas y peligros, la verdad es que no queremos que el internet y las redes sociales sean los educadores sexuales de nuestros hijos.
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El acceso de los menores a la tecnología, el exceso de tiempo conectados a dispositivos electrónicos (con menos supervisión real adulta), la falta de compañía y contención familiar, la falta de claridad en los valores, la carencia afectiva, la propia violencia en casa, vuelven a niños blancos fáciles para consumir contenidos inapropiados que si pueden afectar su vida.
Tenemos que estar atentos de manera constante y presente para nuestros hijos ¿Qué necesitan?, ¿Qué desean?, ¿Qué les preocupa?, ya no estamos hablando de entretenerlos unos días o semanas en lo que acaba la pandemia, estamos hablando de criarlos diariamente con herramientas emocionales que los defiendan de los peligros que a veces ni nosotros mismos vemos venir.
Hay mucho para escribir de este tema, pero a veces; sin saberlo, el enemigo duerme en tu casa, detrás de una pantalla a la que no le das importancia. Observa si tu hij@ tiene cambios de humor, de conducta, si se aisla, si se ve ansioso o deprimido, pon atención. Involúcrate en sus intereses y mira lo que él o ella ve, conoce de fondo sus videojuegos y si no sabes si corresponde o no, pide ayuda, infórmate.
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Hay temas de moda como el género de “Animé”, pero este tiene muchas variantes que no son apropiadas a pesar de ser dibujos animados como el “Hentai” que se trata de dibujos ilustrando actividad sexual con pocas restricciones al tratarse de personajes de ficción, así que hay contenidos que los niños pueden estar viendo y nosotros saberlo, pero en realidad no conocemos el fondo.
Hay mucho debate sobre si los menores pueden o no tener redes sociales, si por ejemplo TikTok es adecuado o no para los niños, si los controles parentales son suficientes para proteger a los niños, si la escuela a distancia está causando mayores índices de ansiedad y depresión en los niños…
Pero es un hecho que somos el país No. 1 en abuso sexual infantil, que el ciber acoso sucede, que los niños no están seguros ni estando en casa y que somos nosotros, los adultos responsables los únicos capaces de cuidarlos del entorno y de darles las herramientas para lograr la supervivencia en su integridad en el mundo digital.
