Las peleas constantes de pareja son directamente proporcionales a una menor paciencia con los hijos.
Por otro lado, vivir en un ambiente lleno de estrés crea en el niño formas de apego inseguras y desorganizadas, lo cual tendrá consecuencias en la forma en que se relacione y en la forma en la que pueda regular sus emociones.
¿Qué pasa en el cerebro del niño con las peleas en pareja?
Estar expuestos de manera constante a situaciones de este tipo altera estructuras cerebrales y conexiones entre éstas que son importantes para la regulación de las emociones. Esto dejará consecuencias que perdurarán hasta la edad adulta:
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La amígdala, que se encarga de detectar las amenazas y activarse en respuesta al miedo, se vuelve hiperreactiva. Esto hace que la persona esté en constante estado de alerta (adultos que viven con miedos constantes y son sumamente nerviosos) y sea muy sensible al estrés, lo cual puede manifestarse con síntomas físicos, emocionales o conductuales.
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El hipocampo, estructura crucial para el aprendizaje y la memoria, así como para la formación de nuevos recuerdos, se ve afectado en su capacidad para integrar recuerdos emocionales y aprender de experiencias pasadas.
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La corteza prefrontal, implicada en la regulación emocional, presenta dificultades para gobernar y modular las emociones, lo que puede derivar en problemas para mantener la calma ante situaciones estresantes (como ataques de ansiedad o de pánico) y en una alta reactividad emocional (reacciones desproporcionadas ante estímulos internos o externos).
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El eje hipotalámico-pituitario-adrenal se desregula, lo que provoca una producción elevada de cortisol. Esto puede manifestarse en niveles altos de ansiedad, propensión a la depresión e incluso en distintas afectaciones a la salud mental.
¿Funciona lo que hacemos?
Muchas veces llevamos a nuestros hijos a terapia para que les vaya bien en la escuela, que aprendan mejor o que sepan manejar la ansiedad. A veces también buscamos que mejoren su conducta o sus habilidades para convivir con otros. Pero lo que más necesitan es crecer en un ambiente donde se sientan seguros, tranquilos y con un apego fuerte y sano.
Si en casa todo se siente como un campo de batalla y el ambiente está lleno de tensión, vale la pena hacer una pausa y ver qué está pasando. Es súper importante que, como pareja, vean juntos por la estabilidad de sus hijos. Porque no solo se trata de emociones: el estrés puede afectar cómo se forma su cerebro. Así de fuerte es.