“Siempre le digo que sí a todas sus invitaciones. Cuando la invito a mi casa procuro cuidar todo los detalles. Pienso antes de hablar para saber qué y cómo decirle las cosas. Siento culpa al decirle que ”NO” a algo. Me calló si algo no me parece. Tengo miedo que mi esposo pueda pensar que no quiero a su mamá.”
Estas frases y pensamientos son el eco interno de una de tantas nueras que piden ¡auxilio! Una persona que por miedo a tener una voz para expresar lo que siente, piensa y quiere está perdiendo su autonomía, respeto e independencia. ¿Te identificas?
La discordia principal entre suegra y nuera se observa en la creencia de disputarse el amor de un mismo hombre. Comúnmente la madre se siente desplazada y siente un vacío al perder a su hijo por la presencia de otra mujer, su nuera. Inconscientemente se instaura esta lucha de poder que tristemente lleva a lastimar y empobrecer la relación.
En ocasiones la mujer joven con poca experiencia llega al matrimonio con el gran miedo de que su esposo la llegue a comparar con su suegra. “¡Mi mamá siempre me cocinaba lo que yo quería! ¡Siempre tenía la casa en perfecto orden! ¡Nunca dejaba pasar un detalle!”.
Esto ocasiona que te angusties, te sometas y veas a su madre como la perfecta sabelotodo. Así que en la búsqueda de reconocimiento y de apoyo por parte de tu pareja, llegas a la conclusión de que tu mejor estrategia resulta ser la amiga incondicional.
Al principio te es fácil decirle que sí a todos sus planes, comidas, invitaciones… pero con el paso del tiempo te ves atrapada en un rincón sin salida. Te sientes presionada, con una fuerte carga emocional por tratar de quedar bien con tu esposo y su madre, pero te olvidas de ti.
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Publicaciones recientes explican que las mujeres casadas no sólo refieren mayor infelicidad matrimonial que los hombres casados, sino que también hablan de mayores síntomas de alteración psicológica y emocional.
El problema es que con el tiempo te vas guardando los enojos, inquietudes, desacuerdos, frustraciones que esta situación te va generando. Al no tener un buen canal de comunicación con tu pareja y autonomía propia de lo que quieres y no quieres con tu familia extensa llegas a un punto en el que estallas y desplazas este enojo hacia tu pareja. ¡Y bien, sales tú perjudicada!
Ante esta situación emocionalmente desgastante, te compartimos algunos consejos para una relación sana entre suegra y nuera a fin de lograr que no interfiera con la relación de pareja.
Tú pareja y tú son la nueva familia
Cuando decidiste unirte con tu pareja fue con el propósito de construir un “nido y vivir su propia historia». Refuerza con él la importancia de ustedes como una nueva familia. Demuéstrale lo feliz que estás a su lado y lo emocionada de que juntos formen un nuevo hogar. Este mensaje ayudará a que tu esposo poco a poco, de forma sana y sin sentimientos de culpa, ponga límites y distancia a su familia extensa, en especial a su madre.
La clave del éxito: comunicación
Intercambiar información entre la pareja. Para que cualquier comunicación tenga significado, funcione y prospere se requiere que el ”tú y yo” se convierta en NOSOTROS. Sin comunicación no hay relación de pareja. Las palabras son la mejor herramienta que deben de tener para comunicarse con claridad. Busca el momento apropiado para expresar aquello que te está preocupando o incomodando. Dile de forma clara y sutil lo que sientes, lo que quieres y no quieres de la relación con su madre. Acuérdate de utilizar palabras sencillas que te permitan ser clara y abierta.
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Reconoce lo que te hace enojar
Seguramente estás cansada de siempre poner tu mejor cara frente a tu suegra. Escúchate y analiza lo que te hace enojar de ella. Se vale que busques a tu confidente, a tu mejor amiga, para que te desahogues y encuentres qué es lo que te incomoda y lo canalices de forma constructiva.
Sé honesta contigo misma
Lo más importante es darte cuenta de lo que estás dispuesta a permitir, tolerar y aceptar sin que esto te genere angustia, estrés, enojo y tristeza. Lo que aceptes de la relación con tu suegra debe ser congruente con quien eres y con lo que quieres. Esto te va a llevar a una mayor sinceridad contigo misma, con tu suegra y con tu pareja.
Delimita
¿Cómo decirle que no a sus comidas de los domingos? Es importante de antemano que sepas cual es tú limite en cuanto a la relación con tu suegra. Poner límites, decir que NO, no significa que la estás rechazando. Ceder por sentirse obligada no es buena solución. Trata de hacerle saber lo que sí deseas y dale una alternativa “no me gustan los días de rutina, prefiero sorprenderte e invitarte a comer de manera especial”.
Define roles
Tú reto más difícil puede ser el de establecer roles con tu pareja dependiendo la etapa de desarrollo de tu familia y su nueva estructura. Realiza negociaciones con tu esposo acerca de planes, comidas, vacaciones, festejos con su madre y familia extensa para mayor entendimiento, apertura de diálogo, empatía y aceptación de los cambios. Esto ayudara a una mejor convivencia en cuanto a tiempo y calidad.
No la desplaces, busca un equilibrio
La figura de la “suegra” se ha etiquetado con tintes negros dentro de la cultura occidental. Busca una sana relación de convivencia ya que ella se puede convertir en una persona de apoyo, de consejo y experiencia para ti y tus hijos. Integrarla de manera equilibrada y sana a tu ambiente familiar de forma que se sienta tomada en cuenta, reconocida y valorada por su nuera. Estás a tiempo, tú eres quien decide cómo lograr una relación de respeto y tolerancia para que tu vida de pareja no se vea afectada.
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