El reglamento familiar efectivo sí existe
Aunque parezca difícil tener un reglamento familiar, todas las familias lo tienen aunque no se lo hayan propuesto, inclusive, el reglamento puede ser que no haya reglas. Finalmente, aunque no lo planeemos, día con día vamos marcando pautas, haciendo cosas y dejando de hacer otras y con todo esto vamos formando un reglamento implícito, aunque nadie lo haya puesto en un cuaderno.
No hay familia sin reglas ni reglas sin personas que estén ahí para cumplirlas, por lo tanto si en tu casa todos hacen las cosas a última hora esa es una de las reglas o bien, si todos dejan tirada la ropa, temo decirte que esto forma parte de tu reglamento familiar.
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¡Imposible!, me dirías, llevo años pidiéndoles que recojan sus cosas y que hagan su cama, lo que pasa es que no me obedecen. Esto significa que el reglamento familiar no está funcionando.
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Si te sientas a analizar lo que en verdad sucede, te darás cuenta que después de los gritos para que recojan procedes a hacerlo todo tú y al final el verdadero reglamento dice: Espera a que mamá grite, déjala que amenace con mil y un represalias y solo dile “ahorita”. Espera otro poco, y enseguida mamá terminara recogiendo las cosas tiradas sin importar de quien sean.
Otra regla muy común en las familias es “Solo obedece cuando veas a mamá enojada” o bien “Para que tus papás te hagan caso debes llorar o pegarle a tu hermanita”.
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Si de todos modos hay reglas en casa, que mejor que estas estén controladas por ti y no te desgastes luchando todos los días tratando de defender un reglamento que en realidad no existe más que en tu cabeza.
Para establecer un reglamento familiar es importante analizar las características que deben tener las reglas:
Las reglas familiares deben ser habladas
No des por hecho que todos saben lo que se debe hacer y lo que no, aclara lo que esperas de cada miembro de la familia y avisa, “oficialmente” lo que se permite y lo que está prohibido.
En muchas familias hay reglas que existen y están muy arraigadas sin que nadie las haya hablado.
Pepe es quien cierra las puertas en la noche para irse a dormir. Desde que se casó con Marina él ha realizado esta tarea y después de 10 años de matrimonio, ella da por hecho que él es el encargado de esta tarea. Si en alguna ocasión la regla no se cumple, Marina no podrá reclamarle porque hasta ese momento Pepe no ha aceptado el cargo oficialmente.
Deben ser cumplidas
En el reglamento familiar, muchas normas que se repiten y se repiten en casa y que sin embargo nadie cumple, estas reglas solo desgastan la relación y no sirven para nada. Si una regla no es cumplida es tal vez porque no resulta necesaria o porque no pasa nada si no se cumple.
“El niño que no termine la tarea no vera la televisión” lleva diciendo la mamá durante todo el año escolar; sin embargo al final de cuentas los niños acaban viendo su caricatura favorita porque por cansancio o por mala memoria la mamá claudicó.
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Deben ser vigentes
Existen reglas familiares que han sido habladas y que en algún momento lograron ser cumplidas pero que pierden efectividad, esto se debe a que han perdido vigencia, a que los niños ya crecieron o las circunstancias ya cambiaron y esas reglas son caducas para el sistema familiar, como la hora para ir a dormir o los permisos para salir de casa.
Deben ser efectivas
Las reglas se hacen para que nos sirvan a una mejor convivencia familiar, a fomentar armonía y respeto entre los miembros de la familia; sin embargo existen normas “necias” que están ahí solo para demostrar quién es él que manda. Esto solo genera enojo y rebeldía y por ello no son para nada efectivas. Si una regla ha perdido efectividad puede ser que ya no esté vigente o que no haya sido hablada o bien que nadie la cumpla. Si esto pasa en tu casa, más vale que la elimines y pienses en otra nueva, porque el hecho de dar un reglamento familiar que nadie cumple y que nos sirve es tanto como perder la autoridad que como mamá necesitas en tu casa.
¿Hace cuánto que no revisas tu reglamento familiar? ¿No crees que necesitaría una desempolvadita para tenerlo al día y que funcione?
Piensa en aquellas reglas que nadie habla pero que están presentes y que seguramente se contraponen con otras, reglas tales como: “No le crean nada a mamá porque no cumple lo que promete” o bien “Enfrente de las visitas si se puede desobedecer porque mamá no te llamara la atención” o bien “Si quieres que tu mama deje de hablar por teléfono con sus amigas ponte enfrente de ella y pégale a tu hermanita o vacía el frasco de mermelada sobre la alfombra y entonces colgara el auricular de inmediato”.
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Aunque parezca mentira puede haber en tu casa mil reglas como estas, más vigentes y más cumplidas que las “oficiales”.
Las reformas pueden traer muchas mejoras. Empieza hoy reformando tu reglamento familiar, analizando aquellas reglas que se han “colado” en casa y que te traen tantos disgustos con tu marido o con tus hijos y algo muy importante: averigua si solo hay un reglamento vigente o cada miembro de la familia se rige por el suyo propio.
La familia necesita jerarquías, necesita líderes y seguidores. Como madre de familia eres líder junto con el padre de tus hijos. Ambos deben ejercer ese liderazgo con responsabilidad y parte de esta responsabilidad implica conocer, manejar y determinar el mejor reglamento familiar, aunque al resto de los miembros no les guste mucho.