El efecto de la infidelidad a tus hijos
“Poner los cuernos”, “echarse una canita al aire”, “ir con el sancho», “salirse de la rutina”, o “jugarle al ‘todasmías’”… no importa cómo se le quiera llamar o justificar, la infidelidad también tiene un fuerte impacto en la salud mental de los hijos.
Niños dolidos, adultos inestables
El Journal of Couple & Relationship Therapy, publicó un estudio titulado: “Efectos de la infidelidad de pareja en hijos adultos. Una perspectiva contextual”, en el que hace mención del impacto que puede tener la infidelidad de los padres, en las futuras relaciones románticas de los hijos.
La investigación explica que: la infidelidad no es un tema menor, especialmente cuando se trata de la familia porque no solo el adulto engañado sufre, sino que también los hijos tienen un impacto emocional que los podría marcar en la adultez, pues cuando elijan pareja les costará trabajo ser leales, comprometidos y honestos.
Así daña la infidelidad a tus hijos, ya que tiene un impacto en todos los sistemas sociales (el trabajo y la escuela, entre otros), pero ninguno se ve más afectado como la familia, puesto que la infidelidad pueden influir negativamente en las actitudes de los hijos adultos con respecto al matrimonio.
Así pues, un niño ya no creerá en la honestidad del padre o madre infiel, pues cuando el adulto le pida, por ejemplo, que sea honesto en la escuela, el niño o joven podrá argumentar que el adulto no lo es.
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“La realidad es que el padre infiel pierde autoridad moral frente a su hijo, ya no lo ve como su superhéroe o como una persona de fiar. Especialmente, cuando el matrimonio se quebró por dicha infidelidad”, explica Maricela Fonseca Analco, psicóloga conductivo conductual y experta en el manejo de emociones infantiles.
Las niñas, ¿más afectadas?
La experta indica que tanto varones como mujeres se ven afectados por la infidelidad de uno o ambos padres. Sin embargo, los padres deben aprender a manejar esos temas y evitar que los hijos estén en medio del conflicto.
No obstante, cuando el padre o la madre infiel abandona emocional o físicamente a sus propios hijos, los niños creen que la infidelidad es por su culpa y por eso ya no los quieren ver o se merecen sentirse así de solos.
“Lo ideal es que los problemas de los adultos los resuelvan ellos y no involucren a sus hijos; pero a veces es complicado puesto que algunos padres incluso involucran a sus hijos en la infidelidad y es cuando el niño o niña está emocionalmente inestable”, lamenta la experta.
Secretos que angustian
De acuerdo con varios investigadores, se estima que entre el 20 y el 40 por ciento de las parejas casadas estadounidenses experimentan infidelidad en algún momento de la relación, y estas cifras son casi idénticas en México y en otros países de América Latina.
Pero también un alto porcentaje de niños quedan atrapados en el conflicto de la infidelidad porque, el padre o madre infiel suele pedirle al hijo que guarde algún o algunos secretos de esa relación. Siendo así que también impacta la infidelidad a tus hijos.
Así, los niños están directa o indirectamente expuestos al secreto y las mentiras, las cuales acompañan a las infidelidades de los adultos; es cuando los niños generan ansiedad, miedo, temor o angustia por las acciones del infiel y por las repercusiones que tendrá — el niño o su familia— si expone el secreto.
Recuperarse de dolor
La pareja y también los hijos (si se dan cuenta de la infidelidad o están involucrados en ella) pueden sobrevivir a una infidelidad, para ello es esencial construir una relación de pareja saludable desde el divorcio, si esa fuera la consecuencia de la infidelidad.
“También se puede trabajar una infidelidad en terapia de pareja y luego en terapia de familia, y en algunas ocasiones todos sanan y la pareja sigue adelante junto con sus hijos”, indica Fonseca Analco.
No obstante, si la infidelidad no se habla ni se resuelve (resolver no significa perdonar) los hijos pueden cargar con ese dolor para siempre. Lo más importante es encontrar formas saludables y adaptables de crear y mantener estructuras que minimicen el impacto dañino de la infidelidad en el sistema familiar.