¿Por qué no quiere saludar de beso?
Este artículo no pretende darte ideas para lograr que el niño salude o se despida de la forma que todo mundo espera, porque yo no creo que deba ser así. Más bien considero que la labor de los padres es darle al niño las herramientas para manejar esta situación de manera que sea cómoda para él.
Y lo más importante es que, desde edades muy tempranas, se le empiece enseñar al niño a cuidar de sí mismo, ahora y en el futuro:
- Autonomía: permitir que el niño muestre afecto con las personas y en los momentos que él decida y no cuando se le exige que lo haga
- Dar consentimiento: enseñarle al niño que para que alguien toque su cuerpo, él debe darle permiso; enseñarle a identificar lo que se siente bien y poder retirarse cuando no es así o se siente amenazado
- Tener alternativas: si bien el niño debe ser capaz de señalar que no quiere dar ni recibir un beso o un abrazo, esto no significa que tenga que ser grosero; podría, en cambio, dar la mano, despedirse desde lejos con un movimiento de la mano o utilizar alguno de los saludos de moda (como “chócalas”)
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Es muy importante poner, por encima de cualquier otro interés, el bienestar del niño. Es preferible que los adultos aprendan a manejar sus propios sentimientos por el “rechazo” del niño, que enseñarle que siempre debe hacer lo que los adultos le exigen, aún si esto no es cómodo para él.
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De ninguna manera estoy proponiendo que se permita que el niño haga lo que le pega la gana; pero recordemos que vivimos en una época en donde los riesgos a los que se enfrentan los niños son enormes. El más grave, por supuesto, es la posibilidad de un abuso o acoso sexual; pero también hay otro tipo de riesgos a los que se enfrentan los niños si se les enseña a obedecer a los adultos simplemente porque son más grandes. Obligar a un niño a saludar o despedirse de beso cuando él no lo desea:
- Le enseña que no tiene control – ni poder de decisión – sobre su propio cuerpo
- Le envía el mensaje que los adultos tienen el derecho de tocarlo cuando quieran y cómo quieran
- No toma en cuenta lo que experimenta el niño – por ejemplo, si se siente inseguro
- Le impide desarrollar su defensa natural de temor ante los extraños
- Ignora las señales de alerta que el niño puede estar intentando enviar – cuando, por ejemplo, hay algo en este adulto que le desagrada o le hace sentir incómodo – ya sea que se base en hechos reales o en una sensación de peligro cuando el niño está cerca de esa persona
Por otro lado: No obligues a tu hijo a abrazar
En algunas ocasiones, por ejemplo, alguno de los familiares pueden estar molestando al niño de diversas formas; por ejemplo: en muchas familias existe el tío chistoso que obtiene las risas de los demás a costillas del niño. De manera natural, el niño intenta mantenerse alejado del tío y si se le fuerza a despedirse de beso o aceptar cariño en otro momento de este tío gracioso, para él puede ser muy incómodo.
Otra situación que debemos tomar en cuenta es que hay momentos en los que el niño puede estar más o menos dispuesto que otros a recibir manifestaciones de cariño – si está cansado, si se siente mal – y la pregunta es ¿acaso no nos sucede a todos igual?
Recuerda siempre que tú debes estar del lado del niño; aprovecha estas oportunidades para manifestarle que siempre puede contar contigo, enséñale a comunicar lo que le pasa cuando una situación le resulta desagradable y a desarrollar herramientas para comportarse de manera socialmente aceptable ante estas situaciones.