¿Quién de ustedes siente que vivir con su hijo adolescente es una misión imposible? Les voy a decir, cómo tratar con ellos, entenderlos, y qué están hacienda mal que, incluso, ya se dieron cuenta que su adolescente los controla.
¡Acéptalo! Tu adolescente te controla y no haces nada
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Todo empieza cuando tu hijo te dice que está harto de vivir contigo, que es infeliz y que tal vez su vida no ha tenido sentido y tú sientes que el corazón se te parte en dos, que habías estado ciega todo el tiempo y que tal vez no has sido tan buena madre como pensabas. Cuando la adolescencia entra a la familia, ocurre una verdadera revolución y no necesariamente se trata de una guerra, sino de una serie de batallas que vienen aunque tú no quieras y que en resumidas cuentas se llaman: Cambio.
Si antes, mamá decidía a qué hora se iban a bañar, ahora no sabes siquiera si se bañaron o ya comieron, o qué comieron, o cómo para cuándo tienen pensado apagar la tele para ponerse a estudiar. Tú adolescente te controla porque exige que se le respete su espacio, sus conversaciones telefónicas y sus pertenencias; sin embargo él sigue tomando cosas sin avisar o subiendo los pies a la mesa.
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Si pudiéramos resumir lo que pasa dentro de casa diríamos que los hijos empiezan a decir que no a todo, prefieren estar en otro lado que no sea con su familia y si están en casa se aíslan lo más posible.
La rebeldía significa empezar a separarse y resulta muy difícil y doloroso tanto para el hijo como para los padres. Lo peor que podemos hacer es “comprarles el boleto para el box”; es decir, caer en el juego e iniciar una y mil discusiones y luchas de poder con los adolescentes.
Ahí les van 10 signos de que tu adolescente te controla
- Te genera culpa: “Soy el único de mis amigos que no tengo… o que no voy».
- Te hace sentir viejo: Justo cuando tú sientesque se te está yendo la juventud, te hace saber que estás “out”.
- Te vende boletos para el Box y tú los compras: El adolescente te provoca con su actitud para que entres al juego de pelear con él y así ponerte a su nivel.
- Admira a otros papás: Habla maravillas de la mamá de su amigo para que tú lo oigas y te pongas el saco.
- Expresa que su vida no tiene sentido: Parece deprimido y obtiene de ti mayor “comprensión” o logra el permiso que habías negado.
- Parece que los castigos no le afectan: La idea es boicotear tu reglamento y tú desistas.
- Hace recuento trágico de su infancia: Resulta que ahora descubre que nunca fue feliz en esa escuela o que en verdad no le gustaba el ballet cuando toda su infancia lo viste feliz.
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- Cambia de humor sin motivo aparente: Después de un llanto desconsolado puede salir con la sonrisa en la boca a cada de su amiga.
- Se ofende si no le tienes confianza: Puede mentir como un profesional mil veces o fallar en mil promesas pero exige que le creas.
- Se muestra encantador y comprensivo: Resulta casi imposible negarle algo.
Si tu adolescente no se está mostrando rebelde, tal vez debas preocuparte más que si lo oyes repelar por todo. La adolescencia es la etapa de dudar, de cuestionar y de madurar. Es mejor que sea ahora, junto a quienes más lo quieren, con tu cariño y tu guía, a que sea más tarde, cuando ya formó una familia a la que pudiera dañar con su rebeldía.
La adolescencia de los hijos es una tarea difícil pero muy satisfactoria cuando finalmente los vemos siendo seres independientes y capaces de mejorar el mundo que le heredamos.
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