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El amor propio: el regalo de amor más importante para tus hijos

Te dejamos una lista de recomendaciones para que le enseñes amor propio a tus hijos y celebren un Día del Amor diferente.

Cuando vamos creciendo, fechas como el 14 de febrero, empiezan a ser representativas en nuestras vidas. Es un buen pretexto para demostrar ese amor, ese afecto a pares, amigos y parejas, pero, ¿por qué no aprovechamos para también enseñarle a nuestros hijos a tener amor propio.

¿Por qué regalarle amor propio?

Como mamá, me parece muy importante, enseñarles a los niños,desde muy pequeños, que no necesitan el amor externo para ser felices; mantener en ellos esta idea, concepto y facilidad para estar y sentirse felices sin razón aparente; para sentir afecto y empatía por los demás de forma casi natural; y de saber que ellos y ellas valen infinito por lo que son, no por lo que otro espera que sean y que no tienen que cambiar, ni convertirse en nadie para ser amados.

El mundo nos expone a tantas ideas ajenas y estereotipos, que es altamente probable que en algún momento lleguemos a sentirnos incompletos o no suficientes, si no cumplimos con esas ideas y estándares. Ahí es cuando empezamos a sufrir por amor, cuando el amor es lo opuesto al sufrimiento y cuando el amor propio debería salir a la luz.

Los adultos viven ávidos de encontrar opciones para alcanzar la felicidad, la pareja perfecta, la mejor versión de uno mismo, cursos y terapias constantes para sentirse bien, para alcanzar la paz mental, entre otros, pero ¿qué pasaría si todos esos conceptos generales que prometen rescatarnos de adultos, nos lo dieran como herramientas y recursos totales cuando somos niños?

Estoy segura que un niño suficientemente amado, contenido, escuchado, visto, valorado, sabe y sabrá distinguir el amor real, el bonito, el que fluye y nos enaltece, el que no condiciona y hace sentirnos bien siendo quienes somos.

Los niños no necesitan aprender el amor propio, nacen sabiéndose los seres preciosos y únicos que son. Es la edad, la educación, las circunstancias de vida y sus cuidadores principales, quienes los van desgastando, etiquetando, haciendo sentir mal sobre ciertos aspectos de su ser y entonces al crecer se va perdiendo ese amor propio, esa valiosísima autoestima.



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Lo que tenemos que hacer los padres es cargar todo el tiempo y todos los días el tanque emocional positivo de nuestros hijos, no con adulaciones sin fondo ni sentido, pero con palabras positivas, con besos, caricias, abrazos, con momentos en familia, construyendo memorias, reconociendo sus logros, sus habilidades, los rasgos valiosos de su personalidad. Decirles a los niños que lo pueden todo, que sus sueños son posibles, que cuesta, pero que se puede y que ellos son felices por derecho divino y superior. Punto.

La propuesta para inculcarles amor propio es pasar con los niños un Día del Amor distinto, y les propongo algunas ideas:

  • Si saben escribir, redactar una carta para ellos mismos reconociendo lo que más les gusta de ellos y leer las cartas en familia.
  • Hacer una sobremesa en la que cada miembro de la familia le diga a otro cinco cosas que admira de él o de ella y cinco cosas que le agradece.
  • Pensar en compartir un postre juntos y que de preferencia lo preparen juntos.
  • Recordarles que el amor tiene muchas formas y que no tiene que ver con los regalos o con el poder adquisitivo, que los actos de amor se llevan a cabo todos los días de las formas más simples y lindas como que mamá te haga el desayuno o como que tú recojas tus juguetes, porque eso nos hace demostrar aprecio por el otro y nos une como familia.
  • También recordarles el valor de la amistad como algo superior en la vida: amistad basada en fraternidad genuina y real, no en intereses, no en conveniencias.
  • Ver alguna película de amistad sencilla también es una buena elección para ver en familia.

El ser humano es completo en sí mismo, un gran y elevado amor propio nos da confianza, y la confianza da certeza y la certeza seguridad y la seguridad es un gran impulso para intentar muchas cosas. La gente feliz brilla, no porque está con alguien pero porque es feliz y esa felicidad, esa luz propia es atractiva. Es un buen momento también para recordarles a niños y niñas que el amor y la belleza son conceptos separados y que no son condicionantes uno del otro.

El amor es un concepto precioso para recordar, practicar y dar. Recordar a los niños que dar enaltece, que el amor es entrega, si, pero que dar es alegría, es servicio, que nos regresa una sensación de bienestar que pocas cosas en la vida dan. El mundo necesita más personas felices y que amen, porque pueden, porque quieren, porque ya lo tienen y no lo tienen que ir a buscar a ningún lado, porque es tanto y tan bueno, que lo pueden compartir.

La vida es para dar, dar mucho amor: a nosotros mismos y a los demás, no va de pedir, de recibir, de exigir, de condicionar, de forzar o de comprar… que sea un Día del Amor lleno de amor. Punto. Menos es más.

¡Feliz San Valentin!

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