La representación mental de la figura masculina y paterna se constituye a partir de la afinidad que hayas tenido con tu progenitor, sobre todo durante la niñez y adolescencia. Así que pregúntate ¿fue un hombre presente, afectivo y deseable? ¿O más bien negativo y ausente?
En este último caso, sin duda se complicará la posibilidad de entablar una buena conexión con tus hijos, en especial si a la fecha sigues teniendo una pésima comunicación con él y por tal motivo vives molesto, resentido o dolido.
Siempre se ha dicho “es más fácil romper patrones que repetirlos” y es que con no hacer nada, lo ya conocido tiende a reaparecer. En pocas palabras, acabar con los modelos pasadas requiere de un titánico y valiente esfuerzo.
Ojo, esto no implica irte al extremo opuesto y convertirte en un papá que siempre complace y permite todo. Tanto regirte por el mismo molde como intentar alejarte de éste te llevará a cometer errores. Para vivir en el justo medio e ideal, toma en cuenta lo siguiente:
- La figura paterna es uno de los pilares más importantes en la formación de los valores y del respeto a la autoridad
- No te esfuerces en ser amigo de tus hijos porque estarás renunciando en automático a la responsabilidad que te confiere ser su padre
- Sé amigable pero recuerda que la paternidad no es un concurso de popularidad
- Debes servir como guía de lo que está bien y mal, de lo correcto e incorrecto
- Educa y relaciónate de manera consciente, afectiva y actual
- Si a partir del enlace con tu padre surgieron enojos y rencores, trabaja en ellos; no los acumules o terminarán por causarte más daño
- Independientemente de lo que hayas vivido, trata de perdonar; tu organismo, salud mental y tu propio hijo lo agradecerán
- Si no logras hacerlo, busca ayuda profesional
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.