¿Por qué es importante poner límites para el desarrollo infantil?
La firmeza a la hora de poner límites es importante para ayudar a generar una base segura en los niños, que les permita saber qué se espera de ellos. Además, la firmeza ayuda a:
-Poner límites
– Crear hábitos
– Generar respeto
– Marcar pautas de comportamiento
– Evitar accidentes
– Controlar emociones, entre otras
Por ello, cuando no hay firmeza por parte de los padres se presentan consecuencias en el desarrollo emocional de los niños, entre ellas están:
1.Poca tolerancia a la frustración
2. Desregulación emocional
3. Falta de adaptación
4. Poco o nulo respeto a las figuras de autoridad
5. Inseguridad
6. Dependencia
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¿Cómo poner límites pero sin ser violentos?
De acuerdo con Fonseca Analco, “es importante no confundir firmeza con imposición, ni con agresividad. Lo principal es conocer lo que deseamos para nuestros. Después se trata de encontrar las palabras que reflejen la firmeza y el tono adecuado, que no es un grito, sino un tono preciso y seguro”.
La entrevistada también recomienda colocarse en “una postura a la altura del niño, con contacto visual, y empatizando, es decir entendiendo los deseos del niño, pero reiterando que lo más sano y lo adecuado es lo que dice mamá y papá”.
5 consejos importantes de la firmeza
Si nunca has sido firme, Fonseca Analco, experta en psicología infantil te da algunos consejos esenciales.
① Siempre hay que fortalecer el diálogo con ellos: Si no entienden tus indicaciones y además lloran, hacen berrinche, se niegan a hacer lo que les pediste, no te enganches. Dale un par de minutos y reitérales (sin gritar) lo que se espera de ellos.
② Debes tener paciencia para explicarle lo que se le pides, no se trata de que adivinen cómo lo tienen que hacer, sino que les expliques paso a paso lo que se espera de él o ella.
③ No des más de tres solicitudes seguidas: lávate la cara, después la boca y te pones crema en las mejillas. Con esas tres son suficientes, porque si lo atiborras no lo entenderá y lo hará mal.
④ Hazlo pensar: Cuando esté llorando o enojado, le dirás: sabes que llorar o disgustarte no son soluciones para lo que te estoy pidiendo. Piensa qué es lo mejor para resolver la situación.
⑤ No te enganches con sus actitudes: Lo ideal es que entiendas que tu hijo está en proceso de aprendizaje y engancharte solo empeorará la situación. Si te sientes como adulto enojado, date tiempo y respira, después nuevamente le dices con firmeza sus deberes.
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