Sheryl Sandberg, líder en el mundo tech y autora de Lean In, lo resume así:
La culpa viene en el paquete de ser madre, pero lo importante es decidir dónde enfocas tu energía: en alimentar esa culpa o en estar realmente presente cuando compartes tiempo con tus hijos.
Varias mujeres profesionistas de alto nivel han compartido sus estrategias para manejar esa carga emocional:
1. Redefine qué significa “ser buena mamá”. No siempre se trata de estar más horas, sino de la calidad de esas horas. Arianna Huffington lo ejemplifica bien: para ella, las noches eran un ritual sagrado donde, sin importar lo demandante del día, dedicaba al menos 30 minutos a estar con sus hijos.
2. Rodéate de aliados de confianza. Michelle Obama lo ha repetido en muchas entrevistas: necesitas personas que te ayuden y en quienes puedas delegar con tranquilidad, sabiendo que tus hijos están en buenas manos.
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Evita compararte con otras mamás. Indra Nooyi, ex CEO de PepsiCo, señala que cada contexto es distinto: algunas tienen más energía, otras trabajan desde casa o cuentan con roles menos demandantes. No existe un único modelo válido; cada esfuerzo es igual de valioso.


3. Organiza tu tiempo en función de tus prioridades. Macarena Riva, podcaster mexicana, suele concentrar sus actividades más intensas por la mañana, para que a partir de las 5:00 pm pueda estar al cien con sus hijos. Eso ha implicado rechazar proyectos y oportunidades, pero sabe que de esta manera protege lo que es más importante para ella: las tardes en familia.
Todos estos ejemplos tienen un punto en común: la culpa seguirá apareciendo, pero lo que realmente marca la diferencia es no dejar que defina tu maternidad.
Quizás hoy no lo veas así, pero uno de los aprendizajes más poderosos que le dejas a tus hijos es mostrarles con tu ejemplo a una mujer disciplinada, comprometida y capaz de equilibrar distintas facetas de su vida.