Crédito: Foto: Pixabay
Tener un bebé es una experiencia que, sobre todo, le cambia la vida a una mujer. La alegría de darle la bienvenida a un ser vivo es inigualable, no obstante, muchos se olvidan de los cambios físicos, mentales y emocionales que sufren las mamás.En particular, los cambios emocionales son los más difíciles de digerir y los más ignorados. Si una mujer que acaba de convertirse en madre está rodeada de personas que se limitan a decirle “son tus hormonas” o “quieres llamar la atención”, es muy probable que pase por alto su estabilidad mental y emocional.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que una de cada seis mamás sufren depresión postparto y muy pocas reciben atención profesional.
Por si fuera poco, científicos de la Universidad de Tilburg, en los Países Bajos, realizó una investigación con la finalidad de identificar cómo influye la llegada de un bebé en el estado emocional de las mamás. Concluyeron que tener un hijo puede reducir la autoestima de una mujer durante tres años.
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Para el estudio, se entrevistaron a 84,000 madres noruegas entre 1999 y 2008. Las mujeres respondieron preguntas durante cuatro fases: en su primer embarazo y en tres diferentes ocasiones durante los 36 meses posteriores al nacimiento de su bebé.
Tras analizar la compilación de respuestas, los investigadores descubrieron que aproximadamente 75% de las mujeres experimentaron una disminución en su autoestima durante el embarazo.
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Además, encontraron que, en los primeros seis meses de vida del bebé, el autoestima de las madres se recuperó gracias a la felicidad que sentían al tener a su hijo entre sus brazos. Por desgracia, este momento de alegría les duraba muy poco; su baja autoestima regresaba y la padecían durante los primeros tres años de maternidad.
Entre las principales causas de esta baja de autoestima, se encuentran los sentimientos de culpa y frustración por no saber si eran buenas mamás y si estaban descuidando su relación en pareja.
Los especialistas concluyeron que, aunque no todas las mujeres reportaron una disminución en su autoestima, la mayoría sí tuvo decaídas emocionales que no fueron externadas ni atendidas, porque ellas ocultaron sus sentimientos para no sentirse débiles o para no ser criticadas por personas en su entorno familiar o social.
Así que, si estás a punto de convertirte en madre o conoces a alguien que acaba de serlo, no olvides que el bienestar emocional y mental también es importante. Acudir con especialistas para encontrar apoyo, no tiene nada de malo.
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