En general, funciona como un “lavado de cerebro” que causa en los niños sentimientos de desprecio, odio o rechazo hacia el otro padre, que además, afecta su desarrollo emocional y psicosocial. Debemos recordar que nuestros hijos son mitad papá y mitad mamá y que al intentar deteriorar a la “otra parte” ante sus ojos inevitablemente afectamos también su autoestima e identidad. Es necesario prestar atención a las consecuencias que tienen nuestras conductas en la forma en que ellos enfrentan sus problemas.
Partamos de la idea de que un niño es el reflejo de los padres y que así como un padre pleno puede criar niños felices, uno lleno de odio, rencor y coraje “creará” una persona con facilidad para relacionarse a través del odio, el coraje y el desprecio.
Lo que deben ver los hijos son dos seres afrontando con respeto su decisión de estar separados. Sabemos que se dice fácil pero es lo algo difícil de lograr, sobre todo cuando una de los dos ve como la razón de sus males al contrario, y la responsabilizo de su infelicidad y desgracia matrimonial. Lo mejor en cualquier caso, es tener presente que el pensamiento de: “me está haciendo la vida imposible”, lo único que genera es rencor.
El que se enoja pierde
Todos tenemos una imagen o creencia de cómo debería de funcionar el mundo, por eso cuando la pareja no cumple con nuestras expectativas de “buen padre” nos frustramos.
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Si realmente quieres tener el control de tu vida, el primer paso es realizar un examen de conciencia, para así detectar los motivos de tu disgusto. Recuerda: enojarse es un trabajo interno que no podremos solucionar tratando de cambiar a los demás.
Es común que al sentirnos indefensos culpemos a alguien más con la intención de hacerlo pagar “por lo que nos hizo”. Esta forma de “defensa” en realidad es parte de un ataque que promueve un ambiente de guerra dentro de la familia y de incertidumbre, de agresión y de inseguridad en los niños.
¿Cómo puedo identificarlo?
Si tú pareja o tú:
- Impiden las visitas del otro padre
- Insultan, hablan mal, descalifican ciertas acciones o hacen relatos de lo que el “contrario” hace o hacía en pareja
- Ridiculizan o invalidan los sentimientos del niño hacia la pareja. Ej. “Ni llores porque tu papá no te quiere, pues si te quisiera mandaría el dinero a tiempo o pasaría puntual por ti”
- Mandan con el niño recados acerca de lo mal que se porta el otro, tratando de generar una alianza
- Utilizan a tus hijos como un arma para lastimar
Lo ideal es que el padre alienador haga conciencia del daño que está provocando al privar a su hijo de uno de los dos vínculos más importantes en la vida de un ser humano. Para ayudarlos, lo primero es sacarlos del campo de batalla y encontrar el único punto por el cual ambos deben tener relación por el resto de las vidas de sus hijos: el amor que les tienen.
Por lo mismo, evita a toda costa que tu hijo pierda el vínculo con su padre/madre, ya que esto nunca lo sanará.