¿Cómo actuar si a tu hijo no le gusta su cuerpo?
Es cierto que la publicidad y los medios nos han mostrado estereotipos de apariencias que se parecen mucho a la perfección y que están muy alejados de la realidad ya que en general nos hacen considerar lo que es la “belleza”.
Los niños de hoy no son ajenos a estos modelos de belleza, no siempre porque tengan acceso a los medios, sino porque somos los adultos quienes con nuestro actuar, decir y opinar, vamos formando en ellos una idea que no corresponde a su imagen y entonces, concluyen que no les gusta su cuerpo.
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En nuestra cultura es aceptable que los adultos opinen (mayormente critiquen), la apariencia de los niños: peso, estatura, color de piel, etc., y eso no siempre es positivo y va mermando la autoestima de los críos y con ello afectando su sano desarrollo emocional, pues pronto en la vida comienzan a tener una imagen distorsionada de ellos mismos y eso los puede afectar mas y mas al crecer y al relacionarse con otras personas. Por eso no es de sorprenderse si a tu hijo no le gusta su cuerpo ya que probablemente hemos ayudado a que no se sienta cómodo.
Todos hemos escuchado o leído que “para amar a otra persona primero tenemos que amarnos a nosotros mismos”, y eso es verdad y los niños merecen sentir ese amor propio, genuino e incondicional siempre.
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¿Qué hacer para que mi hijo sienta amor propio?
Nada está escrito en piedra, pero algunos actitudes generales pueden ser efectivas:
1.No lo compares
Ni para bien, ni para mal. Cada uno de nosotros es único e irrepetible y ese es nuestro valor y entenderlo pronto en la vida sirve para siempre. Este es el primer paso si a tu hijo no le gusta su cuerpo.
2. No critiques su apariencia
No significa que no lo guíes o que no lo “enseñes” a cuidarse o a tener buenos o mejores hábitos (porque nunca es tarde), pero no le pongas etiquetas ni apodos por cómo luce. Hacerlo es “bullying”, por no afirmar que abuso. Los adultos somos nosotros, deja de criticar a los menores porque esas heridas son profundas y tardan en sanar.
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3. Fomenta el deporte
La disciplina funciona porque hay reglas, hay convivencia, hay esfuerzo y hay avances, si son deportes en equipo mejor porque se aprenden también habilidades sociales, pero “uno” en el que tu hijo sea bueno o hábil es mejor porque le dará un sentido de triunfo y de valorar sus esfuerzos para alcanzar sus metas.
4. Refuerza lo positivo en tu hijo
A veces las personas no estamos acostumbradas a los elogios o a reconocer lo que hacemos bien, es algo que se aprende. Predica con el ejemplo para que en ellos sea normal identificar sus cualidades, pero no confundas la acción con volverlos soberbios.
5. Impulsa el aprendizaje
En esta vida más vale ser que parecer. Todo lo que aprendamos nos va a servir para algo. Todo. Fomenta el estudio de lo que sea que implique aprender: arte, idiomas, música, deporte, una materia especial. Cuando las personas sabemos, podemos. Recuérdalo cuando te enteres que a tu hijo no le gusta su cuerpo.
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6. No hables de tu cuerpo
No te sometas a críticas ni a los rechazos que cargas por años. Si no logras aceptarte o reconciliarte con tu apariencia, no lo transmitas a tus hijos. No puedes enseñar amor practicando el rechazo.
7. Niño ve, niño hace
Quiérete y trátate bien. Háblate bonito, ámate bonito. Eso hará que de manera natural tu hijo haga lo mismo con su persona. Enfócate en ser, sentir, estar, habla de tus debilidades, nadie es perfecto, pero no transmitas odio por ello. Compensa con tus fortalezas, los niños son muy inteligentes y saben el valor de las personas mas fácil que los adultos.
8. Nunca es tarde
Si crees que el tiempo de estar para cambiar la autopercepción de tus hijos ya pasó, piensa que siendo niños hay tiempo. Pide ayuda, documéntate, habla con expertos si te enteras que a hijo no le gusta su cuerpo. Muchos adultos buscan terapias de todo tipo porque vienen de infancias muy frágiles, muy lastimadas, si queremos evitarlo hay que criar niños seguros de sí mismos, con una autoestima fuerte.
9. Fomenta el merecimiento sin culpas
Todos nacemos felices y merecemos ser felices toda la vida. ¿Nos van a pasar cosas negativas? Claro, pero eso no tiene porqué definirnos. Ser feliz es una elección de vida, el ego entonces es positivo si aprendemos a vivir en balance para amarnos y quitarnos de situaciones que comprometan nuestro bienestar a cualquier edad.
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10. No tiene que complacer a nadie
A veces medimos el amor que nos tenemos o el valor que creemos tener por el amor que alguien más nos tiene o nos demuestra. Podemos romper esas enseñanzas de una vez. Todos somos valiosos por nosotros mismos, no tenemos que agradar o complacer a nadie para ganar valor.
El amor propio como tantas otras certezas en la vida vienen de adentro, nacemos con ello. Es nuestro y nadie nos puede quitar nuestro valor, a menos que lo entreguemos. Explicar a los niños que la apariencia y la percepción son efímeros e interpretativos de acuerdo a cada persona es importante.
Cuando te enteres que a tu hijo no le gusta su cuerpo, recuérdale que nada de lo que aparenta nuestro cuerpo nos define, que es importante amarnos y agradecer lo que tenemos y lo que nuestro cuerpo hace por y para nosotros. El amor propio se enseña amándonos primero a nosotros mismos y luego, genuinamente a los demás.
